Más de un tercio de los españoles cree que las mujeres están mejor capacitadas para cuidar de los hijos que los hombres. Una investigación publicada este jueves por la Fundación "la Caixa" revela que los estereotipos de género persisten todavía pese a los avances sociales, y que aún hay un gran porcentaje de población que piensa que asuntos como los cuidados o la empatía son rasgos femeninos. El prejuicio es mayor entre los hombres, aunque no mucho más: un 39% de ellos sostiene esa idea, frente al 34% de las mujeres que secundan esa afirmación.
Aunque poco a poco, los prejuicios sociales han ido remitiendo con los años y cada vez cala menos la idea de que hay rasgos eminentemente femeninos (la empatía, los cuidados) y otros exclusivamente masculinos (el liderazgo, la seguridad). Sin embargo, esas ideas preconcebidas que arrastran años y años de tradición a sus espaldas se resisten a desaparecer, sobre todo en el caso de los estereotipos masculinos. Si bien se ha conseguido que cada vez sean más las niñas y mujeres que se autoperciban con rasgos que históricamente se le han atribuido a ellos, no sucede lo mismo en el sentido contrario: aún hay muy pocos hombres que se autodescriban con rasgos más feminizados.
Así lo revela el estudio, bautizado como ¿Siguen vivos los estereotipos de género en el siglo XXI?, en el que se analiza qué idea tiene la población española sobre las características, comportamientos y roles que presentan los hombres y las mujeres en sociedad, y observa la evolución de esos estereotipos a lo largo de los años, según los principales resultados de cada generación. Los datos —obtenidos tras encuestar a más de 5.000 personas de entre 16 y 75 años— evidencian que todavía quedan ciertos clichés que se resisten a desaparecer, sobre todo entre los boomers y millennials (las personas de más de 40 años).
Un ejemplo: de todos los encuestados, un 30% declara que escuchar a los demás y cuidar mucho la imagen física es algo típico de las mujeres. Y, por otro lado, uno de cada cuatro considera que la predisposición a asumir riesgos es un rasgo típicamente masculino. Lo mismo sucede con el tema de los cuidados, más allá de los hijos, que se siguen feminizando: el 37% de los hombres y el 33% de las mujeres opinan que son ellas las que están más preparadas para cuidar de los mayores y de las personas enfermas.
Muy diferente es el panorama en el caso de los roles tradicionalmente asociados a los hombres. Aquí es donde se muestra una evolución de la sociedad con respecto a los estereotipos: un porcentaje muy pequeño todavía cree que los hombres están más capacitados para ser portavoces de un partido político (el 6% de los hombres y el 7% de las mujeres); para liderar equipos de trabajo (el 9% y el 5%, respectivamente); o para poner en marcha una idea comercial (6 y 4%).
Los rasgos femeninos tienen menos valor social
"Los estereotipos se siguen reproduciendo sobre todo en lo que entendemos como típico de la feminidad. Mientras ya empezamos a entender que las mujeres son capaces de hacer todo lo que han hecho los hombres tradicionalmente o asumir sus tareas, aún no se entiende del todo que los hombres sean igualmente de capaces de hacer lo que hacen las mujeres", explica a 20minutos Marta Fraile, investigadora científica del Instituto de Políticas y Bienes Públicos (CSIC) y principal investigadora del estudio.
Lo que hace falta, según Fraile, es seguir promoviendo medidas que luchen contra esos estigmas desde las instituciones, pero sobre todo con acciones que empujen a los hombres a implicarse en tareas tradicionalmente femeninas, como los cuidados. "Hasta ahora nos hemos centrado en otros temas, como enseñar a las niñas en los colegios y con los libros de texto que son capaces de lo que se propongan. Pues sería un poco lo contrario. Hay muchas cualidades dentro de lo que se considera típicamente femenino, como la empatía, o cuidar de los demás, que también deberían tener los hombres", concluye la investigadora, que incide en que el problema de base es que los rasgos femeninos siguen teniendo un "menor valor social", pese a que contribuyen mucho a la sociedad.
Pocas diferencias generacionales
Así, preguntados por los rasgos que les definen como persona, los hombres de entre 55 y 75 años (boomers), se identifican en mayor medida que las mujeres con atributos como el liderazgo, la competición y el riesgo. Algo parecido sucede con los varones de la generación X (de entre 41 y 54 años: eligen la competición, el riesgo y el liderazgo; mientras que los millennials se definen más que las mujeres de su edad con rasgos como la competición, el riesgo y el conflicto. En cuanto a los más jóvenes, de entre 16 y 25 años (generación Z), se identifican con la competición y la seguridad en sí mismo, en mayor grado que las chicas de su misma edad.
Las mujeres presentan una visión menos estereotipada de la sociedad, pero aun así muestran todavía ciertos prejuicios respecto a determinados rasgos tradicionalmente masculinos y femeninos. Las de 55 a 75 años, por ejemplo, destacan frente a los hombres de su edad por describirse sobre todo con rasgos como el afecto, la preocupación por el bienestar de los demás y la importancia del aspecto físico.
Las de la generación X también se identifican más con esa preocupación por cómo esté su entorno y por el afecto; mientras que las millennials se autoperciben con rasgos como la empatía. Las jóvenes de 16 a 25 años, por su parte, destacan frente a los hombres de su misma edad por creer que son más empáticas y que se preocupan más por el bienestar de los demás. Son, asimismo, las únicas que se identifican con el rasgo de la independencia más que los hombres de su edad.