La Policía Nacional ha detenido a un joven sueco de 14 años como supuesto líder de la red de sicarios adolescentes desmantelada en Alicante esta semana. Junto a sus padres, y desde su casa de una urbanización en localidad de Sant Joan, era el encargado de reclutar, armar y enviar a los asesinos para que cumplieran los encargos.
En un principio, los investigadores tenían en el radar al padre, que aparentemente tenía conexiones con el crimen organizado, según recoge el diario Las Provincias. Sin embargo, la investigación acabó señalando a su hijo que, según explica un comunicado emitido por la Jefatura Superior, jugaba un papel fundamental en la contratación y pago de los sicarios adolescentes.
Así, a principios del mes de noviembre, agentes del GOES realizaron una entrada en su casa de Sant Joan, en la que arrestaron al menor, a su padre y a su madre como cabecillas de la banda. Entre los tres, encargaban los asesinatos, gestionaban el tráfico de armas y drogas y blanqueaban el dinero resultante.
Un sicario de 17 años en Benalmádena
Todo este operativo comenzó con la detención de un joven -también sueco- de 17 años en la localidad malagueña de Benalmádena en mayo. Y es que, tras ser reclutado por esta organización criminal, el menor había viajado a España para asesinar al miembro de un grupo motero rival. Desde su llegada a la Costa del Sol, las autoridades españolas establecieron un dispositivo de vigilancia para seguir sus movimientos.
Los investigadores acabaron averiguando que, para la comisión de este hecho, los miembros de la red tenían previsto enviarle un fusil de asalto y el joven había planificado un plan de huida, que en un primer momento sería utilizando un patinete eléctrico. Así, y antes de que cometiera el asesinato, las autoridades frustraron sus planes y detuvieron al joven.
Tirando de ese hilo llegaron hasta el núcleo de la banda, la familia sueca residente en una urbanización en Sant Joan. Su casa era su "centro de operaciones". Desde ella, el menor manejaba las cuentas de redes sociales utilizadas para reclutar a los jóvenes a través de Telegram y dar las posteriores órdenes para la ejecución de los asesinatos. Al parecer, también funcionaba como "oficina de cobro" de los encargos, por los que pagaban a los sicarios adolescentes entre 20.000 y 50.000 euros, según ha precisado el citado medio local.
La investigación, desarrollada de forma conjunta entre la Policía Nacional y sus homólogos suecos y daneses, pasó a coordinarse por Europol y Eurojust. En paralelo a los arrestos en Alicante y Málaga, también se detuvo en Dinamarca a otros dos menores de edad, también de nacionalidad sueca, que se habían desplazado al país con la intención de cometer otro asesinato, y a quienes se les han intervenido otras dos armas de fuego.