La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha reconocido ciertos "fallos" del sistema a la hora de proteger a las cuatro mujeres y dos niños que fueron asesinados el pasado fin de semana por violencia de género. Tras reunir al comité de crisis para analizar los crímenes machistas de junio y abril, la ministra ha anunciado que este miércoles se reunirá con la titular de Sanidad, Mónica García, para reforzar la detección precoz en los servicios de Atención Primaria, que en muchas ocasiones representan la "puerta de entrada" de los casos de maltrato.
"Necesitamos valorar dónde se producen los fallos de coordinación y dónde mejorarla, porque ahí hemos detectado un problema", ha aseverado Redondo, antes de anunciar ese encuentro con García para "reforzar" esa coordinación y "detectar con antelación" aquellos casos que se "pierden" en el sistema". Muchas veces, ha contado la ministra de Igualdad, las mujeres llegan a la Atención Primaria con "estados de ansiedad" y de "preocupación", que pueden ser una señal de alarma para sus médicos de cabecera. "Esa es una puerta que necesitamos exprimir par que no salga nadie del sistema de protección y podamos hacer una detección correcta de los casos de violencia de género", ha defendido.
En esa línea, en la reunión de este miércoles —en la que estaban representados Igualdad, Presidencia, Interior, Sanidad, Infancia, las comunidades afectadas por los asesinatos y el CGPJ y la Fiscalía— se ha abordado también la necesidad de reforzar la coordinación con los servicios sociales, para aquellos casos en los que, aun habiéndose detectado, no se llega "con suficiente agilidad y premura" como para que sirvan como instrumento de protección de las víctimas.
Se trata, en definitiva, de dar la posibilidad de que se encaucen también las denuncias a través de los servicios sociales, pues en muchas ocasiones es la asistenta social la primera que habla con las mujeres víctimas y la que puede detectar si se está produciendo una violación de sus derechos. "Es importante que mantengamos muy alerta a todas las unidades que forman parte de este tejido", ha insistido Redondo.
Medidas penales frente a la violencia vicaria
Las cuatro mujeres asesinadas el pasado fin de semana elevaron a 19 el cómputo total de asesinatos machistas en 2024; y a 1.263 desde que se empezaron a registrar estos crímenes, en 2003. Además, los dos menores asesinados, hijos de una de las víctimas, han hecho que, ya en julio, este año anote el peor dato por violencia vicaria de toda la serie histórica: nueve niños asesinados, 63 desde 2013. Una violencia vicaria que se ha detectado "de forma muy virulenta" en los últimos meses y que también se ha puesto encima de la mesa este miércoles, donde se han debatido posibles medidas para luchar contra ella.
"Las medidas de protección de menores no pueden ser exclusivamente civiles", ha aseverado Redondo, quien ha instado a que se tomen también medidas penales, ya que las civiles solo se mantienen durante un periodo corto de tiempo, de 30 días, y "a veces no protegen a los menores". También ha pedido "escuchar a los menores" y "replantearnos la idea del interés superior del menor", para desterrar la concepción de que deben mantener un vínculo con el maltratador que, en muchos casos, es la vía por la que este acaba produciendo el asesinato machista. "Un maltratador nunca es un buen padre y esto se tiene que tener en cuenta en el proceso para valorar mejor el riesgo de los menores", ha insistido.
Los comités de crisis se convocan cuando se producen más de cinco asesinatos por violencia de género y violencia vicaria al mes, con el objetivo de identificar, caso por caso, qué pudo fallar a la hora de proteger a las mujeres asesinadas y plantear posibles medidas.
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