Los repartidores de butano van a la huelga. Así lo ha decidido la Federación Española de Distribuidores de Gases Licuados del Petróleo (FEDGLP) en un intento de presionar al Gobierno y exigir la actualización de la normativa que regula su actividad. Lo que denuncian son las condiciones actuales que les obligan a trabajar a pérdidas, poniendo en peligro tanto su subsistencia como la continuidad del servicio de reparto a domicilio.
¿Por qué protestan?
El conflicto surge principalmente por la falta de una actualización en la retribución que los transportistas reciben por cada bombona entregada, una tarifa que no ha sido revisada en más de una década a pesar de que existen "crecientes costes operativos que hacen insostenible continuar con el servicio".
Según la organización convocante, la retribución por la logística y comercialización de la bombona clásica de butano es de 0,53 €/kg, siendo 5 veces menor que la de un repartidor de Correos y muy alejada de lo que consideran que debería ser la retribución mínima necesaria para cubrir los costes del reparto domiciliario: 4,8 euros por bombona.
¿Cuándo será la huelga?
Estos parones se llevarán a cabo un día a la semana, de momento hasta navidad, pero de manera indefinida "hasta que se cumplan las reivindicaciones del sector".
Los paros temporales están previstos para los días 5, 13, 21 y 29 de noviembre, así como los días 5, 11, 17 y 23 de diciembre. Así, durante estos días, el reparto de bombonas a domicilio quedará suspendido.
¿A cuántas personas afectará la huelga?
Según los datos de la FEDGLP, actualmente abastecen a seis millones de hogares con regularidad. Por lo tanto, la suspensión del servicio afectará tanto a particulares como a empresas, pero se mantendrá el suministro a los puntos de venta del gas, además de a aquellos usuarios en situación de vulnerabilidad social, a centros educativos, sanitarios, o de atención social, así como a residencias de mayores, e instituciones sin ánimo de lucro.