La montaña más alta de América del Norte está en la cordillera de Alaska, en el estado del mismo nombre, que es parte de Estados Unidos desde 1867. Su altitud es de 6.190 metros y aunque está muy lejos de las cifras del Himalaya, es uno de los montes más complicados de ascender. La montaña se llama Denali o monte McKinley, dependiendo de qué lectura de la historia de EEUU asuma cada uno. Esa elección es hoy una metáfora del nuevo tiempo que parece haberse iniciado este 20 de enero de 2025.

Donald Trump, nuevo inquilino del Despacho Oval, lo tiene claro. Este lunes, durante el discurso inaugural de su toma de posesión, aseguró que cambiará el nombre de la montaña Denali a su antiguo nombre de McKinley. "Restauraría el nombre de un gran presidente (…) donde debe estar y donde pertenece. El presidente McKinley hizo que nuestro país fuera muy rico a través de los aranceles y del talento", dijo el republicano.

Los aleutianos eran los habitantes originarios de esta parte del mundo. El nombre de Alaska viene de la palabra aleutiana "Alyeska", que significa "tierra grande" o "gran país". Los aleutianos fueron los primeros en utilizar este término para referirse a su tierra. A la imponente montaña de su paisaje le decían Denali, que significa "el Grande" en el idioma de los atabascanas o atapascas (grupo de lenguas al que pertenecían los aleutianos).

El presidente McKinley hizo que nuestro país fuera muy rico a través de los aranceles y del talento", dijo Trump

Esta montaña de más de 6.000 metros es el tercer pico ultraprominente del mundo (más que el Everest). Su base está situada en una meseta de unos 600 metros de altitud, con lo que el resto es una "pared" de 5.500 metros.

Tras la compra de Alaska a Rusia en 1867, los estadounidenses fueron repoblando y rebautizando la región. En 1896 la montaña fue bautizada por un buscador de oro como "monte McKinley", en honor del entonces candidato y futuro 25º presidente de EEUU, William McKinley. El nuevo nombre fue oficial desde 1917.

Alaska contra Ohio, hasta que llegó Obama

Durante años, activistas en pro de los derechos de los pueblos amerindios presionaron para recuperar el nombre original del pico. De hecho, los montañeros y aficionados a la escalada siguieron prefiriendo hablar de ascender el Denali (todo un reto).

En 1975, el estado de Alaska lanzó una propuesta de cambio del nombre de la montaña para que oficialmente fuera "Denali". Cinco años después, se creó el Parque Nacional de Denali y las autoridades alaskeñas aprovecharon para cambiar el nombre del pico. Sin embargo, el Comité de Nombres Geográficos de EEUU mantuvo el nombre de "McKinley".

La batalla por el nombre del monte ha enfrentado en el Congreso a los legisladores de Alaska con los de Ohio, de donde era natural McKinley. Con esa pelea y esa indeterminación acabó Barack Obama en 2015. El 30 de agosto de aquel año, justo antes de una visita presidencial, se anunció que el orónimo "Denali" sería restituido de acuerdo con la designación de la Junta Geográfica de Alaska y "para reflejar la herencia de los nativos".

En un comunicado de ese momento, la Casa Blanca afirmaba que esa designación reconocía el "estatus sagrado de Denali para generaciones de nativos de Alaska". El equipo de Obama recordó que McKinley "nunca puso un pie en Alaska" y "durante siglos" el monte se había llamado Denali, "un nombre ampliamente utilizado en todo el estado en la actualidad".

Ni en Alaska quieren lo de McKinley

Ahora, del mismo modo que pretende que el golfo de México sea golfo de América, Trump quiere que la montaña vuelva a ser el McKinley. Pero ni siquiera los suyos de esas heladas tierras están por la labor.

Dan Sullivan, senador del Partido Repúblicano de Alaska, se ha mostrado en desacuerdo con el cambio de nombre. Lo mismo que la senadora de Alaska, Lisa Murkowski. "Se llama Denali, que significa 'El grande'. Así que simplemente le sugeriría al presidente Trump, que quiere que todo sea grandioso, que ya tengan un gran nombre para ello", ha declarado.