El Gobierno ultima un plan de ayudas para buscar minerales críticos y tierras raras en minas, balsas y escombreras

El Ministerio para la Transición Ecológica ultima una lista de los minerales críticos y de tierras raras que será prioritario buscar en España entre el millar de escombreras y balsas mineras, activas o abandonadas, para, en caso de encontrarse, extraerlas y contribuir así a la autonomía española y de toda la UE en materiales que son claves para la transición ecológica y que en los últimos años se han convertido en un auténtico El Dorado para todos los países.

Con un presupuesto todavía por definir, destinará ayudas a empresas mineras que lleven a cabo estas actuaciones que fuentes de este departamento reconocen que provocan contestación social. Para evitarlo, intentará aplicar pedagogía sobre la importancia de que España pueda abastecer al menos una parte de los minerales que serán cada vez más necesarios para construir coches eléctricos o paneles fotovoltaicos y espera contar con la colaboración de las comunidades autónomas, que son las que dan las licencias de explotación de las minas, aunque sin renunciar a la expropiación de tierras sobre las que hacer las búsquedas y, en su caso, la extracción.

Para ello, el Ministerio ha sacado este martes a audiencia pública el borrador de su Plan de Acción de Materias Primas Materiales para 2025 y 2029 del que forma parte un Plan Nacional de Exploración Minera, que resalta que es "el primero que se activa en democracia". El anterior data de 1970 y desde entonces ha pasado mucho tiempo, se ha desplegado la transición energética que requiere de materiales que hace décadas simplemente no se buscaban y también hay nuevas tecnologías para dar con ellos. Transición Ecológica ha elaborado el borrador en colaboración con el Ministerio de Industria, con las comunidades, con organizaciones ecologistas y con el Instituto Geográfico Minero de España (IGME) y el CSIC y a ellos volverá el documento cuando se cierre la consulta, el 5 de abril, antes de tener terminado el plan que deberá ser remitido a Bruselas a partir del 24 de mayo.

El plan de explotación minera tendrá una duración de 2025 a 2029 y el objetivo e hacer una "puesta al día de los inventarios existentes e identificar áreas de explotación preferente" entre las más de 1.000 balsas y escombreras de proyectos mineros ya existentes. La búsqueda se hará tanto en minas abandonadas como otras en activo, en un sector que en España cuenta con más de 2.600 explotaciones, emplea a más de 30.000 personas y tiene una producción anual valorada en 3.500 millones de euros. En el caso de las minas en uso, se impulsará que los empresarios investiguen, también con ayudas disponibles, la posible presencia de minerales que hasta ahora se desconoce.

En general, la búsqueda será liderada por el IGME-SCIC y la llevarán a cabo empresas mineras, a las que el Estado destinará ayudas que todavía no se han cuantificado. Las comunidades tendrán también un papel esencial, porque a ellas les corresponde conceder las licencias de exploración y explotación. En algunos casos, donde hay contestación social en contra de proyectos mineros, no se están concediendo y fuentes del Ministerio recuerdan que tienen en su mano la posibilidad de expropiación de terrenos para estos fines, según la Ley de Minas vigente, que también se prevé modificar dentro del Plan de Materias Primas Minerales, en este caso, para obligar a las empresas mineras a recuperar los espacios cuando abandonen la actividad.

Otra de las acciones previstas es analizar las necesidades que tiene España de materias primas minerales y su capacidad para cubrir su demanda, para lo que se harán evaluaciones e inventarios de la "reserva estratégica" nacional. Según el borrador del plan, para ello se destinarán 100.000 euros este año y otros 50.000 el año que viene.

Empresas mineras y reticencias

También están ya presupuestados los 400 millones en ayudas para restaurar explotaciones mineras en línea con la conservación de la biodiversidad, en una actividad en torno a la que el Ministerio es consciente de que existe conflictividad y oposición a abrir o explotar nuevas minas. Para contrarrestarla, Transición Ecológica refiere estudios en otros países que hablan de grandes retornos económicos por investigar los yacimientos minerales, que dicen que cada euro invertido en conocer la disponibilidad de recursos minerales, se traduce en 900 euros de producción minera y que cada empleo en investigación geocientífica se convierte en 56 puestos de trabajo en sondeos y en 128 en producción de materias primas minerales.

Además, el plan de acción contempla también planes para reciclar todo lo que sea posible los minerales y mecanismos para trazar el origen de los que importa España desde otros países, de manera que cumplan con condiciones sociales y medioambientales "al menos similares" a las españolas y se tengan también cuenta criterios "geoestratégicos" y de "justicia social".

Por otra parte, fuentes del Ministerio trataban este martes de neutralizar las dudas sobre si las ayudas que destine a empresas que quieran investigar en España yacimientos de minerales críticos podría hacer llegar compañías de países que pudieran suponer un riesgo estratégico para España, aludiendo que esta cuestión debería ser considerada bajo la lupa de la ley sobre inversiones exteriores que permite al Gobierno vetar empresas que considere un riesgo para la seguridad nacional.

Búsqueda de litio, grafito o cobalto en la UE

Este plan de exploración minera es la consecuencia nacional de la Ley de Materias Críticas que aprobó la UE 2023. Entonces, el presidente Colegio Oficial de Geólogos, Manuel Regueiro, explicaba a este periódico que "España es un gran productor de recursos mineros de la UE". De hecho, es el primer productor mundial de pizarra de techar, el segundo de mármol y el tercero de granito y el origen del 100% de las . En la UE, es el único productor de estroncio y sepiolita el primero de fluorita y yeso y el segundo de cobre, magnesita y sales potásicas. Sin embargo, Regueiro también añadía que existe todavía "un inventario de recursos sin explotar bastante amplio". Según la Ley de Materiales Críticos de la UE, lo que tienen que buscar los países en el subsuelo son materiales necesarios para hacer la transición energética, los mismos que, por ejemplo, Estados Unidos quiere asegurarse en Ucrania.

Para ello, en 2023 los gobiernos europeos se comprometieron en 2023 a elaborar sus propias lista de metales y de tierras raras que estén o puedan estar presentes en su subsuelo y que son claves para fabricar las baterías de los vehículos eléctricos o las que almacenan la electricidad renovable o para construir parques fotovoltaicos o eólicos. Algunos de los minerales 'estrella' son el litio, el grafito, el cobalto, el níquel y las tierras raras.

La tierra rica en minería en España está en la cornisa cantábrica y en la parte occidental, en la franja vertical que conecta con León, Extremadura y Andalucía. Solo en territorio andaluz, el IGME tenía identificado en 2023 yacimientos de antimonio, barita, bismuto, cobalto, estroncio, fluorita, fosfatos, grafito, litio, platinoides, tierras raras, vanadio y wolframio, casi todos en la lista de los nuevos materiales precisos de la Comisión Europea.

Se calcula que la extracción de este tipo de recursos se duplicará en todo el mundo entre 2017 y 2060 y que su uso crecerá muy por encima al incremento de la población. Si esta se espera que lo haga un 28%, el incremento estimado del uso de recursos por habitante lo hará un 72%. En total, se calcula que serán necesarios 3.000 millones de toneladas de minerales y metales para desplegar la energía eólica, solar y geotérmica y para almacenar energía, de modo que las renovables puedan suplir a los combustibles fósiles y mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC con respecto a niveles preindustriales.

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