Qué es el 'gaslighting': síntomas para detectar este tipo de manipulación

La palabra más buscada en internet en 2022 fue gaslighting, según el diccionario Merriam-Webster. Esto refleja una creciente preocupación por esta forma de manipulación psicológica, que se puede dar en todo tipo de relaciones: de pareja, laboral... El término, conocido como 'luz de gas' en español, hace referencia a una táctica en la que una persona hace que la otra dude de su percepción de la realidad, sus recuerdos e incluso su cordura, todo con el fin de obtener control o poder sobre ella.

El término gaslighting no nació en el campo de la psicología, sino que su origen está en el mundo del arte. Concretamente, proviene de la obra de teatro inglesa Gas light, escrita por Patrick Hamilton y cuya historia cuenta cómo un hombre pretende convencer a su esposa de que está loca. En 1944, George Cukor la llevó a la gran pantalla de la mano con el mismo nombre. Una de las escenas de esta adaptación fue clave: el marido apaga las luces de gas de la casa y, cuando su mujer se da cuenta, él niega haberlo hecho, llevándola a pesar que está perdiendo la cabeza.

Así, se empezó a emplear el término gaslighting de manera popular para describir este tipo de abuso emocional. Su uso se extendió tanto que la Real Academia Española (RAE) lo incorporó en la edición de 2014 como 'hacer luz de gas a alguien' y lo define como: 'Intentar que alguien dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones y recuerdos'.

En qué consiste el 'gaslighting'

El gaslighting es una forma de manipulación muy sutil, pero peligrosa: la víctima puede no darse cuenta de que está siendo manipulada hasta que el daño emocional es profundo. Salir de este tipo de situaciones es complejo, aunque hay algunas señales que son clave para reconocer si se está sufriendo: la negación de la realidad, la manipulación emocional o la culpabilización.

En estas situaciones, el abusador niega constantemente hechos evidentes o minimiza lo sucedido. "Yo nunca dije eso, te lo estás imaginando" es una frase recurrente que puede llegar a generar confusión a la otra persona. Además, desvaloriza las emociones, haciéndole creer a la víctima que está exagerando o que sus reacciones no son válidas con afirmaciones como "no es para tanto" o "eres muy sensible". Por último, cambia los papeles y hace a la víctima sentirse culpable: "Me has hecho daño".

Una práctica recurrente en la política

El gaslighting se asocia tradicionalmente con las relaciones personales. Sin embargo, en los últimos años ha ido ganando relevancia en otros contextos. Los políticos suelen recurrir a esta práctica para manipular la percepción de la realidad. Además, con las redes sociales, su uso ha crecido notablemente y ha dado lugar a una era en la que la desinformación y la manipulación emocional son más poderosas.

A largo plazo, el gaslighting puede dejar secuelas profundas en las víctimas, que pueden experimentar ansiedad, confusión, baja autoestima y depresión. Además, cuestionan su propia percepción y empieza a depender del criterio del manipulador para tomar decisiones. La mejor manera de enfrentar esta situación es buscar ayuda profesional

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