Aunque en público el Gobierno quiere quitar "hierro" a la ausencia de representación de España el pasado sábado en la inauguración de la recién restaurada catedral de Notre Dame en París, fuentes gubernamentales reconocen que hay malestar con la Casa Real y con el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, porque aseguran que no informaron al Ministerio de Asuntos Exteriores de que les había llegado una invitación personal para acudir al acto de inauguración. De hecho, estas fuentes afirman que el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, abordará este asunto con los monarcas este martes durante el trayecto en avión en el marco del viaje de Estado de Felipe VI y Letizia a Italia. Por su parte, desde Zarzuela sostienen que la semana pasada, antes del acto en París, Moncloa les llamó y Casa Real trasladó que la asistencia de los Reyes no estaba en la agenda.
Exteriores no ha escondido su malestar por no haber tenido constancia previamente de que habían recibido las invitaciones que, recalcan, son nominales. En el caso de Urtasun, que hubiese sido la representación del Gobierno de Sánchez en este acto, le afean haber dicho que el ministerio de Albares es que el que se tiene que encargar de coordinar la política exterior, algo que no puede hacer si el departamento al que le llega la invitación, en este caso el de Cultura, no le informa.
Urtasun declinó asistir a la reapertura por "motivos personales", si bien evitó ofrecer ningún tipo de explicación y alegó que Cultura no maneja las relaciones internacionales de España. Además, aseguró que su ausencia no impedía que otros miembros del Ejecutivo hubieran podido acudir a la ceremonia, de hecho, desde Sumar señalan que "hubiera estado bien" que algún dirigente del Gobierno o de la Casa Real acudiera en representación de España.
En lo que respecta a Casa Real, desde Moncloa aseguran que no es la primera vez que Zarzuela no les informa sobre las invitaciones que van dirigidas a los reyes, aunque desde Casa Real señalan que la pasada semana el mismo Gobierno fue el que les preguntó si asistirían al acto y se le respondió que no estaba en la agenda, declinando así la asistencia de los reyes.
En todo caso, desde la mesa del Consejo de Ministros la ministra portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, intentó quitar hierro al asunto por una polémica que le parece "artificial". En todo caso, precisó que el Elíseo que dirige el presidente francés, Emmanuel Macron, cursó invitaciones "nominales e intransferibles" para la ceremonia, que en España recibieron en la Zarzuela y en el Ministerio de Cultura. "Quitaría hierro a una polémica que me parece artificial. Las invitaciones son nominales e intransferibles y se realizan a los jefes de Estado, y la ministra de Cultura es quien invita a los ministros de cultura con invitaciones nominales e intransferibles. A partir de ahí, la no asistencia por cuestiones de agenda se entiende, se comprende y es una polémica ciertamente artificial", remarcó Alegría en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes.
La misa solemne de reapertura se celebró tras la restauración derivada del grave incendio de 2019. Además de 150 obispos de todo el mundo, acudieron, entre otros, la primera dama estadounidense, Jill Biden, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni o el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que fue recibido previamente en el Elíseo junto a Trump por el presidente francés, Emmanuel Macron.