El parque nacional de Yellowstone es uno de los lugares más visitados y estudiados de Estados Unidos, tanto por su asombroso paisaje como por sus casi 9.000 kilómetros cuadrados de territorio con actividad volcánica. Este auténtico tesoro de la naturaleza parece estar a punto de despertar, algo que ha alarmado a los investigadores.
Pese a que lleva casi 70.000 años sin entrar en erupción, Yellowstone ha vuelto a tener movimiento en su caldera volcánica, de unos 55 x 72 kilómetros de diámetro. Esta situación, en la peor de las situaciones, podría desencadenar una explosión catastrófica de dimensiones asombrosas.
Este supervolcán se originó hace más de 16,5 millones de años, cuando una placa tectónica acabó posándose encima de un punto caliente del manto terrestre, lo que generó actividad volcánica en todo el paisaje que hoy conocemos como Yellowstone.
Preocupación entre científicos
La revista Nature ha publicado un estudio en el que se muestran los depósitos de magma del supervolcán, los cuales podrían estar desplazándose hacia la famosa caldera del parque nacional. Este movimiento convertiría la región como el posible foco de actividad volcánica en un futuro, según la sismóloga Ninfa Bennington.
Tal y como analizaron los investigadores, la lava que podría hacer despertar toda la zona volcánica se encuentra en depósitos en los que se mueve material fundido riolítico, proveniente de la roca riolita, rico en el mineral sílice.
El magma estaría distribuido en al menos siete zonas de Yellowstone, desde los cuatro a los 47 kilómetros de profundidad. En sus depósitos se encontrarían hasta 500 kilómetros cúbicos de lava, según un estudio magnetotelúrico.
Su explosión podría causar miles de muertes
Si en un futuro Yellowstone llegara a entrar en erupción los habitantes de los estados más cercanos se encontrarían en grave peligro. Es cierto que no se espera una masacre mundial que suponga la extinción humana, pero una supererupción acabaría con la vida de miles de personas.
Aunque las primeras averiguaciones muestran nueva actividad en los alrededores de la caldera, los científicos no podrían concretar si finalmente esta acabaría erupcionando y cuándo se originaría. Es por ello que la investigación sigue su curso, de la mano de las 46 estaciones sísmicas y las 30 estaciones GPS que controlan Yellowstone a diario.