Isak Andic pasará a la historia como uno de esos grandes españoles que nacieron fuera de nuestras fronteras. Aunque nació en Estambul, siendo adolescente se trasladó con su familia a Barcelona en la década de los sesenta. En esos años de juventud, y casi por casualidad, pensó que una partida de blusas bordadas turcas recogidas en el puerto de Barcelona tendría buena salida en una ciudad que necesitaba tanto color para salir del gris de la dictadura. Nada que no hubiese hecho antes, como cuando en un viaje de estudiantes a Italia en autobús trajo prendas que no se veían por estos lares. De ahí a un mercadillo en la calle Balmes, luego la primera tienda de Mango en paseo de Gracia y ahora más de 2.800 tiendas en 120 mercados internacionales.
Durante los últimos años he tenido el honor de zambullirme en la cultura de Mango de la mano de su empleados y, gracias a la generosidad de su CEO, Toni Ruiz, pude conocer al gran Isak Andic. Las increíbles vivencias que he escuchado de primera mano sobre el fundador de Mango ilustran perfectamente ese carácter emprendedor que tanto necesitamos en nuestro país.
La Barcelona más universal. Hoy Mango es la empresa más importante de Barcelona en el mundo gracias a la visión de Andic de exportar a todo el planeta los valores de apertura de un ciudad que respira Mediterráneo. Entrar en una tienda de la enseña de moda es sentir que estás en la mejor Barcelona, la cosmopolita, la que recibe a todo el mundo con alegría y luz.
Resiliencia. No volver nunca a casa hasta que la maleta de prendas para vender estuviera vacía. Así lo hacía Andic cuando era viajante, aunque le supusiese duras semanas fuera del hogar durmiendo en cualquier pensión, o como cuando se recorría en coche España de punta a punta para negociar personalmente la compra del mejor local en el centro urbano para situar la penúltima tienda de Mango.
Soñar a lo grande. Tras abrir la primera tienda en la Ciudad Condal, prometió tener un establecimiento en todas y cada una de las grandes urbes del mundo. Ahora no hay una gran ciudad sin una tienda Mango, casi un millón de metros cuadrados de superficie de venta en todo el planeta.
Siempre con las personas. Este año que se ha cumplido 40 años de la creación de Mango, se ha superado la cifra de 25.000 colaboradores. Su generosidad con los empleados era conocida y su frase de "necesitamos los mejores profesionales que sean las mejores personas" traspasó la sede central de Mango hasta convertirse en un fenómeno urbano en Barcelona cada vez que organizaba las famosas fiestas de Navidad para sus trabajadores. Este año lo ha demostrado también cuando después de conocer que Mango había tenido los mejores resultados de su historia anunció que Toni Ruiz, su CEO y hombre de confianza, pasaría a ser accionista de la empresa junto a él.
La fuerza de voluntad le ha llevado a este empresario a trabajar durante cerca de medio siglo, todos los días, desde al alba hasta la noche, arriesgando su patrimonio y su salud para poder decir que siempre cumplía con su palabra de apostar por lo nuevo. Igual que cuando invirtió, casi a ciegas, en algo desconocido como era internet en los años 90 y consiguió ser la primera marca de moda en sacar partido al comercio electrónico.
Andic ha muerto, pero no su ejemplo de constancia, ambición, innovación y democratización de la moda que seguirá en Mango y en todos los que han tenido la suerte de conocerle. España y su familia pueden estar orgullosos de su labor universal. D. E. P.