¿Era la mayor enemiga de la historia de España un hombre en realidad? La teoría que dice que Isabel I era un impostor

A lo largo de la historia, España ha tenido grandes enemigos. Uno de ellos, quizá el más importante junto a Napoleón Bonaparte, es una mujer: la reina Isabel I de Inglaterra, que reinó entre 1558 y 1603. Pero la carismática monarca pudo no ser quién se creía.

Hija de Enrique VIII y Ana Bolena, su reinado fue tan importante que se conoce como época isabelina, y entre otros logros, fue la artífice de la derrota de la Armada Invencible española en 1588.

Isabel I no solo no se casó ni tuvo descendencia, sino que pasó a la historia como la 'reina virgen'. Desde hace décadas, una leyenda rodea a tan importante monarca: que no era una mujer, sino un hombre.

Un artículo en la revista History Extra recoge la base de esta historia. Isabel nació el 7 de septiembre de 1533 en el Palacio de Placentia en Greenwich, Inglaterra, hija del rey Enrique VIII y su segunda esposa, Ana Bolena, que fue decapitada tres años después.

Cuando Isabel tenía diez años, sufrió una enfermedad tan grave que la tuvo al borde de la muerte. La princesa había enfermado con fiebre y, después de semanas de sangrado, sanguijuelas y vómitos, su cuerpo estaba demasiado débil para seguir luchando.

Una mañana, la niña amaneció muerta, según el autor e historiador estadounidense Steve Berry, quien narró sus hallazgos en The King's Deception, de 2013. La institutriz de Isabel, Lady Kat Ashley, y su tutor, Thomas Parry, tenían buenas razones para temer comunicarle al rey la supuesta terrible noticia, pues les costaría la vida: su único deber había sido mantener a salvo a la princesa y no hacerlo se consideraba una traición.

Su única posibilidad de ocultar la noticia, y tal vez ganar algunos días para huir del país, era engañar al rey, según el libro de Berry. El primer pensamiento de Kat Ashley fue aparentemente encontrar a una muchacha del pueblo y vestirla con la túnica de la princesa, con un manto, para engañar al monarca.

Pero había un chico llamado Neville, de una familia local. Era un muchacho torpe y un año más joven que Elizabeth. Había sido compañero y alumno de la princesa durante las últimas semanas. Y sin tiempo para buscar más lejos un sustituto, Parry y Lady Ashley supuestamente tomaron la desesperada medida de obligar al niño a ponerse la ropa de su amiga muerta.

Sorprendentemente, el engaño funcionó, según la teoría de Steve Berry. Enrique VIII veía a su hija rara vez y estaba acostumbrado a no oírla hablar. La última vez que la habían presentado ante la corte, al encontrarse con la nueva reina Catalina Parr, temblaba de terror.

Parry y Lady Ashley se dieron cuenta de que si alguna vez admitían lo que habían hecho, la furia del rey no tendría límites. Tal vez pudieran salir del país a salvo, pero sus familias serían asesinadas sin duda alguna.

Por otra parte, pocas personas habían conocido a la princesa lo suficiente como para estar seguros de reconocerla, sobre todo después de un intervalo de muchos meses. Y el muchacho ya había engañado al rey, que era lo más importante.

Cuando los cortesanos enterraron a la verdadera Isabel Tudor en un ataúd de piedra en los terrenos de la mansión, decidieron que su mejor esperanza de protegerse a sí mismos y a sus familias era enseñar a este chico a cómo ser una princesa.

Esta teoría explicaría por qué Isabel nunca se casó ni tuvo hijos y pasó a la historia como la 'reina virgen'.

Bram Stoker, el famoso autor de Drácula, apoyó esta teoría. La historia surgió a mediados del siglo XIX, cuando el reverendo Thomas Keble, vicario de Bisley, descubrió un ataúd de piedra durante una renovación. Se trataba de los restos de una niña vestida con un atuendo Tudor.

Bram Stoker escuchó la historia mientras buscaba una casa en los Cotswolds para el actor y amigo Henry Irving y quedó instantáneamente cautivado por ella. En 1910 publicó un libro titulado Famosos impostores, que contenía la historia.

El novelista irlandés estaba firmemente convencido de que alguien más se hacía pasar por la princesa de la nación y afirmaba que el niño era un hijo desconocido de Mary Howard y Henry Fitzroy, el hijo ilegítimo de Enrique VIII, y de ahí el parecido con el famoso monarca.

Cuando la princesa llegó a la adolescencia le asignaron un tutor llamado Roger Ascham, quien estaba desconcertado por su comportamiento: "La constitución de su mente", escribió, "está exenta de debilidad femenina, y está imbuida de un poder masculino de aplicación… En todo su estilo de vida se parece más a Hipólita que a Fedra", dijo.

Bram Stoker creía que la magnitud del engaño fue lo que lo hizo posible. Cuando Isabel regresó a Londres, más de un año después de haber abandonado la corte, cualquier escéptico habría considerado traición sugerir que ella no era la hija del rey.

"Es concebible", escribió Stoker, "que en el caso de unos pocos individuos, pudiera haber habido algunas nubes fragmentarias de sospecha. Después de un tiempo, incluso la sospecha se volvió imposible. Allí estaba una joven que se estaba convirtiendo en una mujer adulta y a quien todos a su alrededor conocían desde siempre... o, lo que es lo mismo, creían conocer".

Isabel llevaba en todo momento un denso maquillaje y pelucas pesadas: a nadie se le permitía verla sin ellas. Steve Berry agrega que después de que Elizabeth muriera en 1603, no se realizó ninguna autopsia, lo que alimentó las sospechas.

"Nunca han abierto la tumba de Isabel", dice Steve Berry. "Ahora es el momento de abrirla y ver qué hay dentro", añade.

Muchos historiadores rechazan la teoría. Precisamente por ser reina, Isabel rara vez estaba sola y muchas damas la habrían ayudado a vestirse con sus grandes vestidos, y por lo tanto, el secreto se habría descubierto rápidamente.

La doctora Tracy Borman, autora de un libro titulado Ana Bolena e Isabel I: La madre y la hija que cambiaron la historia, tampoco cree en la leyenda. "Tenemos registros bastante detallados, por ejemplo, del ciclo menstrual de Isabel, porque los embajadores preguntaban por ello… tenían que saber que ella era fértil y era examinada por los médicos", sostiene la erudita.

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.