Enrique Rojas: "La inteligencia fría sin la mezcla de una buena educación afectiva, no es suficiente"

La inteligencia emocional es una cualidad de la que cada vez escuchamos hablar más en España, y que tiene una serie de requisitos que la hacen especialmente valorada en quienes cuentan con ella. Se trata de una habilidad que nos permite establecer relaciones sociales satisfactorias, basadas en la capacidad de comprender y gestionar correctamente nuestras propias emociones para aliviar la ansiedad y comunicarnos de una manera efectiva.

La inteligencia emocional consiste en ser conscientes y saber reconocer que nuestras emociones pueden guiar nuestro comportamiento y tener un impacto en los demás, por lo que es imprescindible aprender a manejarlas para sacarles todo el partido positivo que queremos. Si conseguimos desarrollarla correctamente, vamos a construir relaciones más sólidas y trabajar un crecimiento personal más fuerte. El psiquiatra Enrique Rojas ha establecido cinco cualidades que tiene en común las personas con inteligencia emocional.

La inteligencia emocional, clave para superar los conflictos

La inteligencia emocional nos ayuda a establecer relaciones sólidas, pero también a gestionar los conflictos que surgen en la vida y a los que nadie escapa. En palabras del psiquiatra Enrique Rojas en su perfil de Instagram, "la inteligencia fría, pura y dura, sin la mezcla de una buena educación afectiva, no es suficiente".

De esta afirmación se deduce que al conocimiento e inteligencia racional, muy valorable sin duda, es imprescindible sumar una contundente base emocional que ponga en orden el estrés y nos haga sentir bien, controlando cómo manejamos nuestras relaciones sociales. Las cinco claves de comportamiento que comparten todas aquellas personas que pueden presumir de inteligencia emocional, según Rojas, son las que se enumeran a continuación.

Primer paso para la inteligencia emocional: el autoconocimiento

El hecho de trabajar en nuestro propio conocimiento es básico para construir la inteligencia emocional adecuada. Según el psiquiatra, "la educación emocional comienza por el autoconocimiento, que no es otra cosa que saber de nuestras aptitudes y limitaciones propias".

Cuando tomamos conciencia de cómo somos realmente, vamos a desarrollar mejor el resto de habilidades que se presuponen en la inteligencia emocional. Sólo así seremos capaces de manejar las situaciones comprometidas, los conflictos y, a partir de ello, mejorar nuestra capacidad para interactuar de la forma correcta con los demás.

Gestionar nuestros impulsos, clave para avanzar

Cuando ya sabemos cómo somos y reaccionamos, el siguiente paso va a ser la autorregulación, que consiste en gestionar nuestros impulsos hasta conseguir mantener la calma cuando se produce el conflicto. La inteligencia emocional permite a quienes la tienen llevar a cabo estrategias medidas para controlar la respuesta. La serenidad en los momentos difíciles es un signo inequívoco de inteligencia emocional.

En el momento en que somos capaces de mantener una actitud clara y positiva de enfrentar los problemas, estamos dando un gran paso hacia la adaptación necesaria para afrontar los diferentes contextos que nos plantea la vida. A partir de ahí, nuestra reacción al conflicto será, sin duda, más eficaz y consciente.

El optimismo, la mejor estrategia

Con el objetivo de poder mantener la determinación que necesitamos para hacerle frente a lo que llegue, y superar nuestros objetivos, es importante trabajar una actitud positiva. Si interiorizamos los contratiempos como lecciones de vida que nos ayudan a crecer, nos harán menos daño y realmente nos servirán para afrontar el siguiente obstáculo.

Enrique Rojas considera que el optimismo va acompañado de la motivación necesaria que lleva a quien hace uso de su inteligencia emocional a perseverar a pesar de las dificultades. Y quien persevera… gana. Pero el experto insiste en que cuando habla de optimismo, no se refiere a esperar a que la situación mejore, sino más bien a pasar a la acción y ser parte de la solución.

La empatía, esa forma tan útil de 'ponerse en el lugar del otro'

Para que la comunicación con otra persona sea fluida, efectiva y enriquecedora, es fundamental trabajar la empatía. Esta cualidad tan valiosa consiste en intentar por todos los medios conectar con las emociones ajenas, 'ponernos en el lugar del otro' para comprender su posición.

Desde el punto de vista científico, la empatía consta de tres pilares fundamentales. Uno es saber reconocer las emociones de los demás; otro querer compartir esos sentimientos; y el tercero trabajar para mejorar la situación, sea cual sea. Los expertos insisten en que no se trata tanto de pensar cómo nos sentiríamos nosotros en su situación, sino en esforzarnos por entender realmente cómo se sienten ellos.

Saber adaptarse a otros puntos de vista

Lo que se conoce como tener habilidades sociales, quinto punto clave de la inteligencia emocional, en realidad hace referencia a la capacidad de resolver conflictos y trabajar en equipo para ello. En palabras de Rojas, "este tipo de personas con inteligencia emocional alta tienen facilidad para interactuar con otras y adaptarse a diferentes puntos de vista".

Si tenemos la habilidad de comprender las emociones ajenas, y también las necesidades de los otros, vamos a influir de manera positiva en la resolución de los problemas que puedan surgir, en beneficio mutuo.

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