Elon Musk ha respondido a las críticas generadas por la polémica sobre su presunto saludo nazi durante un mitin tras la toma de posesión de Donald Trump este lunes como presidente de EEUU. El hombre más rico del mundo se convirtió en uno de los protagonistas de la jornada, en la que arropó, junto a los dueños de las grandes tecnológicas del país, al nuevo mandatario en su investidura.
Durante un mitin de los republicanos en el estadio Capital One Arena celebrado después de la investidura, Musk pronunció un discurso y, al finalizar, levantó el brazo en diagonal hacia el cielo, en un gesto que no ha pasado desapercibido y que muchos han comparado con el saludo nazi.
En respuesta, el dueño de X (antes Twitter) y consejero delegado de Tesla y SpaceX, se ha limitado a decir que sus opositores "necesitan mejores trucos sucios". "El ataque de 'todo el mundo es Hitler' es taaan cansino", ha compartido en su red social al citar una imagen de un tuit antiguo en el que explicaba por qué había pasado de votar al Partido Demócrata por los republicanos y en el que advertía de esos "trucos sucios".
El gesto ha sido realizado en dos ocasiones al final de su intervención. "Gracias por estar aquí. Gracias por hacer que esto pase", ha dicho, tras lo que se ha dado una palmada en el pecho con la mano derecha antes de extender firmemente el brazo en diagonal.
Después, se ha dado la vuelta para repetir el gesto en dirección a la gente que se encontraba detrás de él. "Mi corazón está con ustedes", ha zanjado Musk durante el acto.
Musk, que ha respaldado la campaña del magnate y ha sido uno de los invitados a tomar la palabra durante la investidura, ha sido nombrado por Trump par encabezar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), que estará al frente de los esfuerzos de la nueva Administración para recortar el gasto público.