Después de muchas semanas —87— compartiendo ideas sobre los conflictos que asolan el mundo, ha llegado el momento de decir adiós, espero que temporalmente, porque no sé cuánto tiempo estaré ausente. El motivo es que ahora asumo una responsabilidad que me supone dedicar todo mi tiempo a colaborar para resolver la dramática situación consecuencia de las terribles inundaciones del pasado 29 de octubre en la Comunidad Valenciana.
Aceptar el cargo de Vicepresidente para la Recuperación Económica y Social del Gobierno de la Comunidad Valenciana fue una decisión difícil por lo que de compleja, extensa y diversa es la tarea que se asume. Consulté con mi esposa y me dio su apoyo. Esta decisión trastoca nuestra vida que se antojaba placentera y propia de un jubilado, activo pero jubilado, con una esposa que desempeña un trabajo a tiempo completo.
La reflexión que empuja a aceptar un compromiso de ese calibre es que "no se puede decir no". Me explico, los militares toda la vida hemos estado vinculados al concepto de Servicio con mayúsculas. Servir es estar disponible, hacer lo que hay que hacer, proteger, defender, apoyar y ayudar en cualquier lugar, momento y situación que se requiera. Es una virtud que se adquiere con la práctica constante de la plena disponibilidad. Cuando un militar pasa a la situación de retiro oficialmente se "desvanece", deja de estar vinculado a las Fuerzas armadas y al Ministerio de Defensa y pasa, para entendernos, a ser un jubilado más. Pero uno no deja de ser lo que fue por el mero transcurso del tiempo.
Jubilarse no supone desentenderse de lo que ocurre ni aislarse de la realidad. Hay una tendencia creciente entre los componentes de la llamada tercera edad por estar más activos, conscientes y participantes en las actividades sociales. Unos ejemplos: las universidades de mayores, sénior o de la experiencia… los bancos de alimentos y los innumerables voluntarios que colaboran altruistamente a crear una sociedad mejor. Y es que no estamos para desperdiciar talento, aunque sea maduro.
Por el motivo que fuere —no lo he preguntado ni me interesa— me han pedido que forme parte de una tarea esencial para mis compatriotas de una región que me es muy querida por distintos motivos. Al acceder a ello pongo a disposición de quien lo necesita el conocimiento, la experiencia y la disponibilidad de quien en este momento considera que esa misión da, una vez más, sentido a toda una vida. No concibo empeño más honroso y que merezca más esfuerzo.
Para aquellos de mis lectores de entre los millones de seguidores de la publicación en papel y digital de 20minutos, todo mi agradecimiento por su tiempo, sus observaciones y sus críticas, que, aunque no respondidas, siempre eran contempladas y reflexionadas. A todos ellos animo a continuar profundizando en las raíces y consecuencias de los conflictos de toda índole y el incremento de tensiones que se está produciendo en todo el mundo. Se avecinan tiempos convulsos que requieren una ciudadanía informada y con criterio para extraer conclusiones y exigir responsabilidades más allá del pensamiento 'oficial'. Donde no hay pensamiento crítico solo hay pensamiento único.
Nada es lo que parece, recordemos la cita de Ramón de Campoamor en la obra Doloras (1846) que dice: Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira. Seamos conscientes del sesgo que aplicamos a la información que recibimos y seamos responsables en su atenuación con distintas fuentes de información.
Hasta siempre, queridos y respetados lectores.