El James Webb es el telescopio espacial de las agencias espaciales de Europa, Estados Unidos y Canadá. Ha detectado una nueva galaxia a la que han llamado Firefly Sparkle (Chispa de la Luciérnaga). Es especial porque es muy antigua en términos astronómicos. El Big Bang tuvo lugar hace 13.797 millones de años y esta galaxia nació sólo 600 millones de años después de la seminal explosión que dio lugar al universo.
Por primera vez, el Webb ha detectado una galaxia que existió tan "poco" tiempo después de la gran explosión y que además tiene una masa similar a la que podría haber tenido la masa de nuestra Vía Láctea en la misma etapa de desarrollo. El estudio que lo detalla se ha publicado en la revista Nature.
En realidad, Firefly Sparkle fue descubierta con el telescopio espacial Hubble, pero ahora un equipo de astrónomos de Bangladesh, Canada, Dinamarca, Japón, Eslovenia y EEUU, han proporcionado nueva información sobre la formación de esta lejana galaxia gracias al Webb.
Cómo es la formación temprana de las galaxias
Firefly Sparkle brilla con diez cúmulos estelares y su observación proporciona nueva información sobre la formación temprana de las galaxias. "No creía que fuera posible dividir una galaxia que existió en una época tan temprana del Universo en tantos componentes distintos, y mucho menos que su masa fuera similar a la de nuestra galaxia cuando estaba en proceso de formación", explica Lamiya Mowla, coautora del artículo y profesora adjunta del Wellesley College de Massachusetts.
Los datos del Webb muestran que la galaxia Firefly Sparkle es más pequeña y entra en la categoría de galaxias de baja masa. Pasarán miles de millones de años antes de que adquiera todo su peso y una forma definida. "Esta galaxia está literalmente en proceso de ensamblaje", dice Kartheik Iyer, de la Universidad de Bangladesh y coautor principal.
En Firefly Sparkle, somos testigos del ensamblaje de una galaxia ladrillo a ladrillo"
La masa de todas las estrellas que contiene es alrededor de diez millones de veces la del Sol. Según los autores, podría ser una galaxia joven y rica en gas que se encuentra en su fase inicial de formación.
Comenta Mowla que "en el interior de esta diminuta galaxia suceden muchas cosas, incluidas muchas fases diferentes de formación estelar". En la mayoría de las galaxias que el gran telescopio ha mostrado "no somos capaces de ver sus bloques de construcción por separado. En Firefly Sparkle, somos testigos del ensamblaje de una galaxia ladrillo a ladrillo", explica la astrónoma.
Los autores también han observado dos galaxias vecinas, a las que han llamado Luciérnaga-Mejor Amiga y Luciérnaga-Nueva Mejor Amiga, y que están situadas a 6.000 y 40.000 años luz de Firefly Sparkle, menos del tamaño de la actual Vía Láctea.
Cómo medir distancias estelares
Para hacer el estudio, Mowla y Iyer emplearon espectrometría y lentes gravitatorias, unos fenómenos que pueden usarse para detectar la presencia de objetos masivos invisibles. El efecto de lente gravitatoria se produce cuando estructuras masivas deforman la trayectoria de la luz entre un objeto astrofísico y su observador. El efecto de esta distorsión hace que el objeto del fondo se vea como se viera con una lupa cósmica.
El estudio de estas galaxias puede proporcionar pistas sobre cómo se formó la Vía Láctea"
La distancia de un objeto en el espacio se calcula mediante una variación de color conocida como "corrimiento al rojo". Cuanto más tiempo haya viajado la luz en el espacio, más amplia se vuelve su longitud de onda y más se acerca a ese color. Cuanto más grande es la magnitud de ese corrimiento, más lejos está la estructura respecto a la Tierra.
En un artículo adjunto de News & Views, el astrónomo de la NASA y de la Universidad de Maryland, Brian Welch, apunta que "aunque el destino de Firefly Sparkle y sus amigas no puede determinarse a partir de los datos, el estudio de estas posibles progenitoras de la Vía Láctea puede proporcionar pistas sobre cómo se formó la Vía Láctea".
El James Webb va a seguir dando información clave a los astrónomos. "Al igual que los microscopios nos permiten ver los granos de polen de las plantas, la increíble resolución de Webb y el poder de aumento de las lentes gravitacionales nos permiten ver las pequeñas piezas del interior de las galaxias... aún tenemos que aprender mucho más sobre cómo se formaron esas galaxias primitivas", comenta a la ESA (Agencia Espacial Europea) Maruša Bradač, del equipo de la Universidad de Liubliana (Eslovenia).