¿Por qué casi no hay imágenes de policías, militares y guardias civiles trabajando a destajo en Valencia? Será que las televisiones no las consiguen. Será. Sí se emiten, y muchas, las de conspicuos voluntarios, "solo el pueblo salva el pueblo", seguramente para ilustrar esa falacia del "Estado fallido". En todas las catástrofes hay muchos voluntarios, menos mal.
El horror ha caído sobre la provincia de Valencia, sobre las personas y sus enseres, eso no tiene discusión: el pueblo salva al pueblo con los impuestos que paga para que en la zona devastada se haya desplegado el dispositivo de rescate y ayuda más grande de la historia de este país. Para las ayudas primeras y para las que vendrán. Nadie puede mitigar el daño, nadie puede recuperar las vidas perdidas. Pero se puede hacer pedagogía para paliar el dolor. ¿Por qué una semana sin portavoces que contaran el despliegue? La portavocía es un requisito indispensable en la gestión de cualquier crisis, porque si no lo explicas lo explican otros, y ya hemos visto quiénes son esos 'otros'.
El colmo en Estados Unidos: un delincuente todavía con varios procesos pendientes repetirá como presidente. ¿Aprenderemos algo en Europa? La primera vez que este personaje accedió al cargo, aprendimos poco. De nuevo, los discursos de los partidos del corpus europeo en la dialéctica de la bonhomía de 1945, después de haber derrotado al nazismo. Las generaciones futuras ya presentes, si leen no leen las realidades en ese registro maltrecho. Solo cabe "arréglese esto", la inmediatez de una pulsación en el teclado. El alma de la humanidad pasada se ha diluido en una pantalla, en la repetición machacona de un ritmo sincopado. Pero el horror de las catástrofes es igual de dañino solo que ahora suele reproducirse ad infinitum para regodeo de ignorantes. En fin, viva la vida, a pesar de todo.