La variada dieta a la que podemos acceder en España no da lugar a excusas para maltratar nuestro sistema gastrointestinal. Tenemos al alcance verduras, fruta y fibra que aseguran un buen mantenimiento de la microbiota intestinal, tan importante para el sistema inmunitario y para el cerebro, como se ha descrito recientemente. La defecación es la última parte de este proceso: veamos qué mitos hay y cuándo preocuparse.
En la deposición no solo influye la dieta. Como con el buen funcionamiento general del organismo, este proceso está determinado por la ingesta adecuada de líquidos, el ejercicio diario (o la falta de él), los hábitos de vida, con especial impacto del estrés, o el consumo de medicamentos. Cambios bruscos en cualquiera de estas vertientes tendrá probablemente su impacto en el funcionamiento del sistema digestivo.
Cada día y a la misma hora, ¿es lo más sano?
Aunque es una creencia extendida, no ir al baño todos los días (incluso a la misma hora) no es una señal inequívoca ni de estreñimiento ni de que haya algún tipo de problema en la evacuación intestinal. Así lo aclaran desde la Asociación Estadounidense de Gastroenterología: "muchas personas tienen tan solo tres evacuaciones por semana y están saludables".
Otra cosa es que la persona detecte que la evacuación es insatisfactoria, que las heces se vuelvan demasiado infrecuentes, o que el paso de las mismas sea difícil. La cuestión es encontrar el equilibrio entre una preocupación excesiva y los síntomas de alerta que nos deben llevar a consulta médica, sobre todo si esos cambios se prolongan en el tiempo.
Qué es lo importante al sentarnos en el váter
Siempre que no se llegue a los extremos indicados, las voces expertas subrayan que lo fundamental es saber escuchar al cuerpo, y esto pasa por hacer caso a la sensación de evacuación. Lo que coloquialmente se puede entender como una llamada tiene una explicación científica: se produce el peristaltismo, un movimiento ondulatorio de los músculos del intestino u otros órganos tubulares se contraen y relajan alternadamente e impulsan hacia adelante lo que contienen.
Más que el tiempo sentados en el váter, es importante la postura y en Occidente hemos olvidado cuál es la mejor: en cuclillas. Es de hecho la postura ancestral, y así se sigue haciendo en India y Japón. ¿El truco? Los pies en alto apoyados en un taburete o incluso la pared.
Y qué debemos evitar hacer
Otro hábito muy extendido es el de intentar forzar la defecación pasando un largo tiempo sentados en el váter y forzando la evacuación. Nada más contraproducente y peligroso: por un lado, de esta forma se favorece la aparición de hemorroides, que a su vez favorece el estreñimiento, y por otro, se pone en riesgo el suelo pélvico.
Referencias
American College of Gastroenterology (s.f.). Estreñimiento y problemas para defecar. https://gi.org/patients/recursos-en-espanol/estrenimiento-y-problemas-para-defecar/