El Real Madrid controlaba plácidamente el duelo de octavos de final de la Copa del Rey ante el Celta en el Bernabéu. 2-0 en el marcador fue suficiente para animar a Ancelotti a hacer rotaciones... pero dos errores de Camavinga y Asencio en apenas ocho minutos dieron vida a un Celta que logró forzar la prórroga 'in extremis'.
Una mala salida de balón en el 83, con un Eduardo Camavinga demasiado confiado, encendió la chispa de la igualada. El francés se equivocó en un pase atrás a Tchouaméni y la pelota fue a pies de Pablo Durán, asistente de un Bamba que remató a placer.
Los nervios se apoderaron de los merengues y el Celta se lanzó a la desesperada. Tan solo ocho minutos después, en el 91', Asencio derribó Bamba en su internada en el área y no hubo discusión: penalti que embocó Marcos Alonso en el añadido para soñar con la prórroga.
El Real Madrid, que tuvo el 3-0 en la mano en un gol anulado por fuera de juego a Güler, se volvía a ver contra las cuerdas. El público, muy cabreado, silbaba a los suyos, que resolvieron el 'papelón' en la prórroga.
Fue en la segunda mitad, con los goles de Endrick y Valverde, cuando el Real Madrid pudo respirar tranquilo en una competición en la que ya está acostumbrado a verdaderos sustos.
