China inauguró, en julio del año pasado, la mayor planta fotovoltaica del mundo en el desierto cercano a Urumqi, al noroeste del país. Esta granja solar se trata de una megacentral formada por múltiples plantas interconectadas, cubre un área de 809 kilómetros cuadrados, es capaz de generar 6,09 GW al año y cuenta con más de 5,26 millones de paneles fotovoltaicos de doble vidrio monocristalinos de 650W.
Con esta megaconstrucción, el país mantiene su idea de expandir las energías renovables por todo el territorio, además, quiere adentrarse en el mundo de la energía eólica gracias al aerogenerador marino más grande del mundo. Sin embargo, China quiere dar un paso más y ahora apunta a dominar el sector de la energía solar con estas dos infraestructuras.
Una central solar en el espacio
Un grupo de científicos chinos quiere construir una central fotovoltaica de un kilómetro de largo en el espacio, de esta manera, la energía del Sol se mandará a la Tierra a través de un flujo continuo de microondas.
Dicha innovación será una gran central eólica en el espacio, proporcionará energía de forma continua, sus componentes se enviarán a una órbita geoestacionaria mediante cohetes superpesados, su producción puede ser equivalente a la mayor central hidroeléctrica del mundo y, como era de esperar, tardará unos cuantos años en hacerse realidad.
Long Lehao, diseñador de cohetes chinos Long Marcg, afirmó en una conferencia organizada por la Academia China de Ciencias que "se trata de un proyecto increíble", debido a que "la energía recogida en un año equivaldría a la cantidad total de petróleo que puede extraerse de la Tierra".
La 'Gran Muralla Solar de China'
Por otro lado, la 'Gran Muralla Solar de China' apunta a ser el mayor parque fotovoltaico, ya que, actualmente, tiene una capacidad de 5,4 GW y, de cara a un futuro, se espera que alcance una capacidad máxima de 100 GW.
Además, el diario China Daily indica que los módulos empleados para la fabricación están pensados para soportar cualquier condición climática, su estructura apunta a formar una muralla que cubrirá gran parte del desierto de Kubuqi y tendrá efectos positivos en el microclima —como, por ejemplo, en la vegetación y las propiedades del suelo—.
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