Bruselas dice que no habrá reconversión industrial en la UE sin Pacto Verde y pone el foco en las tierras raras europeas

La competitividad y la 'reconversión' industrial son dos de las claves para la Unión Europea ya desde el corto plazo y este miércoles Bruselas ha querido dibujar los primeros pasos con las primeras medidas en el marco del paquete Omnibús, en este caso con el llamado Clean Industrial Deal (Plan de Industria Limpia). En rueda de prensa, los vicepresidentes de la Comisión Europea Teresa Ribera y Stephane Sejourné han dado los detalles de esta batería de medidas junto al comisario de Clima, Wopke Hoekstra. Así, hay dos premisas claras: no puede haber reconversión industrial en la UE sin cumplir con los objetivos del Pacto Verde y la Unión tiene que explorar también sus propias tierras raras.

Este anuncio se da en paralelo al acuerdo anunciado por EEUU con Ucrania precisamente para explotar sus yacimientos a cambio de ayuda militar. Además, se da también la circunstancia de que bajo tierras españolas, en la comarca de Campo de Montiel (Ciudad Real) hay 35.000 toneladas de tierras raras —praseodimio y neodimio, imprescindibles para los imanes permanentes que precisan las baterías de los vehículos eléctricos, aerogeneradores y las bombas de calor, entre otros— que, según el secretario general de la Confederación Española de las Industrias de las Materias Primas Minerales (Primigea), Vicente Gutiérrez Peinador, sitúan a España como un país "clave" porque con esta cantidad se podría abastecer "durante unos 15 años a toda Europa".

"Este pacto es una propuesta de largo plazo para que Europa sea un centro atractivo para las industrias tradicionales, para acelerar las tecnologías limpias y los nuevos modelos dentro de una economía circular", comenzó explicando Ribera en rueda de prensa. La 'número dos' de la Comisión dejó claro, eso sí, que esa "descarbonización" y esa "reindustrialización" no se pueden hacer "sin contar con las empresas y con los ciudadanos". Ese cierto pragmatismo es un pequeño cambio, asumen en Bruselas, ante las quejas de algunos sectores en los últimos tiempos.

En ese escenario, la UE perseguirá, explicaron, dos objetivos: "Para empezar, disminuir la factura de las materias primas y limitar también nuestras dependencias. Para todo ello vamos a tener que ser mucho más estratégicos en nuestra política de compra y nuestra política de producción de materias primas en Europa", sostuvo por su lado Sejourné, algo que empieza "asegurando nuestra propia extracción y la explotación de los metales raros".

"El subsuelo europeo contiene muchas materias que no se han explotado todavía. Y hay más de una decena de proyectos de explotación de materias primas en todas partes de Europa", prosiguió el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, en un sector clave para competir con Estados Unidos y con China en un momento además en el que la Administración Trump trabaja ya en ese sector no solo en Ucrania, sino también con sus ojos puestos en Groenlandia. "Se trata de proyectos de extracción, de producción, de reciclaje o incluso de constitución de stocks de almacenamiento estratégico en nuestro suelo europeo. Se trata de una estrategia global para estas materias primas", concluyó el comisario francés.

La competitividad de la UE va de la mano de la política climática, pero también de un plan energético. "Queremos dar acceso a una energía asequible, queremos también movilizar la oferta y la demanda, movilizar las inversiones públicas y privadas, conseguir una economía circular y también desarrollar asociaciones internacionales y conseguir trabajadores bien cualificados", expuso Ribera; esas metas se pueden conseguir, dijo, fomentando precisamente las compras conjuntas de energía. La comisaria pide, así, "mercados del gas interconectados y que haya un pie de igualdad" de la mano de los Estados miembros y del Banco Europeo de Inversiones porque las cantidades a invertir se enfocarán a "gastos comunes".

De manera implícita, la Comisión Europea reconoce que no puede actuar de espaldas al tejido empresarial. "Algunos sectores deberán afrontar circunstancias difíciles. Por eso habrá que identificar capacidades para el futuro y conseguir así empleos de calidad para todos. Estamos ahora estudiando condicionalidades sociales y en cuanto a la formación, aplicando así las políticas de transición", reconocieron tanto Sejourné como Ribera, que asumen el hecho de que Europa no puede hacer sola este camino y necesita "trabajar" con sus socios internacionales, en otro mensaje 'encubierto' para Estados Unidos.

Han querido dejar claro en rueda de prensa que ese Plan de Industria Limpia no va solo de medioambiente. "Se trata de una cuestión de crecimiento y una cuestión de seguridad para la prosperidad de todas las industrias, todos los sectores que tenemos en torno a esta estrategia, sea la del acero, la del automóvil u otras también necesarias", reconoció el dirigente galo, que acepta que pueda haber "tensiones diplomáticas" en algunos de esos sectores, como pasa con los coches eléctricos y el choque con Pekín.

Vista la foto completa, Bruselas habla de industria limpia y de Pacto Verde, pero la realidad es que el mensaje va más allá: es la competitividad. "Europa necesita ser más limpia, más competitiva y autosuficiente. Este es nuestro plan de negocio: una estrategia de descarbonización que reindustrializa Europa, impulsando la competitividad y fomentando la independencia estratégica. Tenemos un plan y lo estamos poniendo en marcha, desde hoy mismo, para garantizar un futuro europeo próspero", terminó como colofón Hoekstra. Ahora, la UE no tiene tiempo para dar demasiadas vueltas: "Tenemos que ver cómo se pueden hacer las cosas de manera simple".

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