El Gobierno se ha comprometido con sus socios europeos a elevar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB antes de 2029, en pleno esfuerzo del bloque por rearmarse ante las presiones de Estados Unidos a los Veintisiete para que asuman su propia seguridad. El Banco de España (BdE) prevé, en principio, que el alza de los desembolsos en este ámbito impulse el PIB, aunque todo de penderá de cómo se materialice y, siempre que no genere dudas en los mercados sobre la sostenibilidad de la deuda.
La presidenta de la Comisión Europea, que ha cifrado el coste de su plan de "rearme urgente" en 800.000 millones de euros entre inversiones conjuntas y un aumento del gasto en defensa, se plantea activar la cláusula de escape de las reglas fiscales, esto es, que la deuda que los estados emitan para financiar el gasto militar no compute de cara a cumplir con los objetivos fiscales que se les exigen.
"Todo lo que sea una política fiscal más expansiva en principio debería suponer un impulso fiscal y un mayor crecimiento del PIB", apuntaba este martes el el director general de Economía de la institución, Ángel Gavilán, durante la presentación de las nuevas previsiones económicas de la entidad. Desde su punto de vista, para cuantificar el impacto sobre PIB habría que saber cuál es finalmente el impulso fiscal, si bien ha dejado claro que, al mismo tiempo, "habrá que financiar y ajustar otras partidas de gasto".
Gavilán recordaba que aproximadamente el 50% del gasto en defensa va a parar a salarios, otro 25% a consumos intermedios y el otro 25% restante es inversión, incluida en I+D. El país que más recursos dedica a esta partida, que es la que suele generar contribuir más al crecimiento de la economía, es precisamente Estados Unidos. Un ejemplo serían las tecnologías duales, que empiezan planteándose como desarrollo militar, pero acaban llegando al ámbito civil.
Otra clave estaría en cuánto del gasto se queda en España y en Europa y cuánto va a parar al extranjero. "El impacto debería ser positivo, pero no es fácil de cuantificar", ha insistido Gavilán. La pasada semana, tras la reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), su presidenta, Christine Lagarde, defendió que "un aumento del gasto en defensa e infraestructuras también podría elevar el crecimiento" de una región cuya economía sigue muy debilitada.
El gasto en defensa subió un 107% en la última década
A lo largo de la última década (entre 2014 y 2024), España incrementó su gasto en defensa en 10.215 millones de euros, pasando de 9.508 millones a 19.723 millones, lo que supone un aumento del 107%. "Esta tasa denota un innegable esfuerzo presupuestario. Pero el relativamente elevado crecimiento de nuestra economía durante ese período diluye su visibilidad", explica Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano, en un artículo reciente publicado por el 'think tank'. Así, en términos de PIB, el gasto en defensa nacional aumentó menos de cuatro décimas, al pasar en ese periodo del 0,92% al 1,28% del PIB.
Este incremento se ha producido a pesar, incluso, de la prórroga presupuestaria. De hecho, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, recordaba el martes que "la ausencia de presupuesto en años anteriores no ha sido un obstáculo para que pudiéramos incrementar precisamente estas partidas". Tras la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la UE, el Ecofin, Cuerpo ha reclamado que la ciberseguridad, el control de fronteras y las infraestructuras críticas pasen a computar también como gasto en defensa.
El debate sobre el aumento del gasto en defensa ha sacado a la luz otro punto de división entre los dos socios del gobierno de coalición. Para tratar de limar asperezas, el presidente, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta, Yolanda Díaz, mantuvieron un encuentro este martes. En la reunión, el jefe del Ejecutivo ratificó el compromiso de España de alcanzar el 2% del PIB en seguridad y defensa "lo antes posible", si bien se comprometió a la vez con Sumar a que esto no suponga una merma del gasto social.
El socio minoritario de la coalición se muestra contrario al alza del gasto militar de España, y apuesta por "un modelo de defensa y de seguridad europeo" común a los Veintisiete y que sea, al mismo tiempo, "autónomo, defensivo y disuasorio". De momento, los Estados miembros han avalado los 150.000 millones en préstamos para invertir en común en Defensa, propuestos por Bruselas para la próxima década.