El arquitecto chino que cambia tu vida cotidiana: Liu Jiakun, ganador del Premio Pritzker

El arquitecto chino Liu Jiakun es el ganador del prestigioso Premio Pritzker 2025 por crear edificios en grandes ciudades que ofrecen "un escenario completamente nuevo de la vida cotidiana", mediante espacios abiertos que favorecen la comunidad y con un respeto total por la historia, la cultura y la naturaleza.

"Con una obra sobresaliente, de profunda coherencia y calidad constante, Liu Jiakun imagina y construye nuevos mundos, libres de cualquier restricción estética o estilística", señala el fallo del jurado, que destaca que el arquitecto "ha desarrollado una estrategia que nunca se basa en un método recurrente, sino en evaluar de manera diferente las características y requisitos específicos de cada proyecto".

De esta forma, "toma realidades presentes y las maneja hasta el punto de ofrecer, a veces, un escenario completamente nuevo de la vida cotidiana", lo que ejecuta con "sentido común y sabiduría" y teniendo en cuenta que la identidad de las personas es tanto por su individualidad como por el sentido colectivo de pertenencia a un lugar.

"Las ciudades tienden a segregar funciones, pero Liu Jiakun adopta el enfoque opuesto y mantiene un delicado equilibrio para integrar todas las dimensiones de la vida urbana", señaló el presidente del jurado del Pritzker, el chileno Alejandro Aravena, ganador del premio en 2016.

En un mundo "que tiende a crear interminables periferias aburridas, él ha encontrado una manera de construir lugares que son a la vez edificios, infraestructuras y paisajes. Su trabajo puede ofrecer impactantes claves sobre cómo enfrentarnos a los desafíos de la urbanización, en una época de rápido crecimiento de las ciudades", agregó.

Nacido en Chengdu (suroeste de China), Liu se graduó en 1982 en el Instituto de Arquitectura e Ingeniería de Chongqing, y siempre ha combinado la literatura con la arquitectura, que ha desarrollado en exclusiva en su país natal.

"Escribir novelas y practicar la arquitectura son formas de arte distintas, y no busqué deliberadamente combinarlas. Sin embargo, tal vez debido a mi doble formación, existe una conexión inherente entre ellas en mi trabajo, como la calidad narrativa y la búsqueda de la poesía en mis diseños", asegura Liu en declaraciones recogidas por la Fundación Hyatt, impulsora del Pritzker y con sede en Chicago (EE.UU.).

Los edificios de Liu son "interpretaciones modernas de la arquitectura clásica china", incluidos los clásicos pabellones milenarios chinos, como se puede ver en del Museo de Ladrillos de Horno Imperial de Suzhou (2016) o en los muros de ventanas del Pabellón Lancui del Humedal del Golfo de Egret (Chengdu, 2013).

Los balcones escalonados del Bloque C6 construido para Novartis en Shanghái (2014) recuerdan a torres que representan muchas dinastías y el Museo de Arte de Esculturas de Piedra de Luyeyuan (Chengdu, 2002), que alberga esculturas y reliquias budistas, está inspirado en un jardín chino tradicional, que equilibra el agua y las piedras antiguas para reflejar el paisaje natural.

Liu cree que la relación humana con la naturaleza es recíproca y por eso busca que los edificios se mimeticen con su entorno, lo que logra mediante el uso de flora local y silvestre que crece en los ladrillos que coloca boca abajo para favorecer su crecimiento.

"Siempre aspiro a ser como el agua, a penetrar en un lugar sin una forma fija propia y a fusionarme con el entorno local. Con el tiempo, el agua se solidifica gradualmente, transformándose en arquitectura y quizás incluso en la forma más elevada de creación espiritual humana. Sin embargo, todavía conserva todas las cualidades de ese lugar, tanto buenas como malas", explicó el arquitecto.

También planta arboledas de bambú autóctonas en los patios y los edificios están diseñados con aberturas en los techos para permitir crecer a los árboles. Algo que refleja a la perfección su proyecto de renovación del distrito Tianbao Cave en el pueblo de Erlang (Luzhou), completado en 2021.

El arquitecto ha desarrollado la mayor parte de su carrera en su natal Chengdu y no cuenta con ningún edificio construido fuera de China.

En 2015 participó en la Bienal de Arquitectura de Venecia, donde llevó una maqueta gigante de su proyecto West Village, construido en Chengdu, en el que replanteó el papel de los espacios cívicos con un diseño de una manzana entera, cerrada por edificios, pero con enormes aberturas laterales y un gran jardín central, que incluye campos de deportes, parques rodeados de agua e incluso pistas para correr.

Y en 2018 fue el primer arquitecto que construyó fuera del Reino Unido el pabellón temporal de la galería londinense Serpentine, que desde el año 2000 han diseñado grandes nombres de la arquitectura, como Zaha Hadid, Toyo Ito, Oscar Niemeyer o Frank Gehry.

Liu construyó el pabellón en Pekín, a menos de un kilómetro de la histórica ciudad prohibida y se inspiró en el confucionismo, con una arquitectura que era una representación física de la búsqueda tradicional de Junzi (equilibrio).

Un diseño que simula la figura de un arquero, en forma de una viga voladiza curva que incorporaba elasticidad mediante cables estirados entre placas de acero y que se mantuvo en pie durante seis meses para albergar actos culturales.

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.