No entiendo por qué en una reunión del PP de Asturias abrazan y aplauden con fervor a Carlos Mazón.
Decía Feijóo que "el pobre estaba noqueado tras la DANA", fuera de combate, en términos de boxeo; pero, quizá lo que ocurrió es que bajo esa aureola de éxito que hasta la tragedia exhibía, solo se escondía frivolidad e irresponsabilidad. Su estrella se apagó cuando no supo estar a la altura de la emergencia y prefirió una comida –de la que todavía no conocemos los detalles– a proteger a las personas que confiaban en él y que le eligieron para ello. Por eso, ahora está noqueado. Porque esas personas ya no creen que él sea el político apropiado para dirigir la Comunitat, y se lo han hecho saber hasta en tres manifestaciones multitudinarias y cada vez que el president ha puesto un pie en la calle.
Entonces, ¿a qué Mazón aplauden? ¿Al que no se reúne con los familiares de las víctimas ni con los alcaldes y alcaldesas a los que dejó solos antes, durante y después de la DANA? Cuesta creer que se aplauda a un president que se olvidó de esos ediles que han estado siempre al pie del cañón y a los que, sin embargo, su partido se atreve a reprobar, como ha ocurrido en Paiporta.
¿A quién aplauden? ¿Al Mazón que miente con las ayudas del Gobierno de España y dice que hay que devolverlas? ¿Al que es capaz de usar la muerte de 46.000 personas en la guerra de Gaza para confrontar con Pedro Sánchez cuando los fondos destinados a Valencia son 666 veces más? ¡Es miserable que el PP de Feijóo siembre el odio para sacar tajada!
¿Aplauden al Mazón que aprovecha la reconstrucción para relajar las normas urbanísticas y dejar construir cerca de la costa o en la huerta valenciana? ¿O al que adjudica contratos a dedo a sus amiguitos del alma?
Aclárennos esta duda a los y las valencianas: ¿Por qué le aplauden?