Andrés Iniesta, el héroe que detuvo el tiempo y se ganó el corazón de toda España

Andrés Iniesta Luján tiene una relevancia incomparable en la historia del deporte español. Aquel disparo que salió de su bota derecha y que Maarten Stekelenburg no pudo detener se convirtió en el momento más importante del fútbol nacional, pues le dio a España su tan esperada estrella, que muchos habían asumido que jamás llegaría.

En su Fuentealbilla natal, Andrés se escaqueaba de sus responsabilidades en el bar regentado por sus padres para jugar al fútbol, desarrollando sus habilidades hasta despuntar con el Albacete en varios torneos juveniles disputados en Brunete, donde el Barça se fijó en él. Se marchó a la Ciudad Condal con tan solo 12 años, y su familia le siguió cuando alcanzó la mayoría de edad.

Una leyenda culé de primer orden

Louis Van Gaal le dio su primera oportunidad a Iniesta como jugador del primer equipo. Fue en un encuentro de Champions contra el Brujas el 29 de octubre de 2002, y durante esa misma temporada, y la siguiente, convalidó sus partidos con el filial y las convocatorias del primer equipo.

Con Rijkaard se asentó en la primera plantilla, y a pesar de ganar importancia, su rol era el de suplente de lujo. La consecución de dos ligas en 2005 y 2006, y la victoria en Champions ante el Arsenal de Wenger consagraron a aquel Barça, aunque Iniesta podía dar mucho más.

Su peso en el equipo creció cada vez más, y con la llegada de Guardiola al banquillo, se convirtió en uno de los capitanes. Su gol en semifinales de Champions ante el Chelsea en 2009 aún se recuerda como el 'Iniestazo', que fue crítico para que aquel inigualable Barça lograse una gesta entonces inédita, el 'sextete'.

Los éxitos eran incontables con Pep, más tarde con Tito Vilanova, y después con Luis Enrique. Iniesta se ganó la confianza de todos ellos jugando al fútbol como si dominar este deporte fuera más sencillo que respirar, y según pasaron los años, amasó 31 títulos con la camiseta azulgrana. El último llegaría en 2018, logrando su novena liga y marchándose como un ídolo para los culés y para toda España.

El alma de la Roja

Su debut oficial con la selección española se produjo durante el Mundial de Alemania en 2006. Ya clasificada la Roja para octavos, Luis Aragonés le dio la oportunidad ante Arabia Saudí en fase de grupos, y a pesar de no jugar en la derrota ante Francia, el 'Sabio de Hortaleza' ya había tomado nota, e Iniesta sería titular de cara al futuro.

Andrés se terminó de asentar en la Eurocopa de 2008, siendo el único español en jugar como titular todos los partidos, y aplicando al combinado nacional la química perfecta que ya había asentado con su mayor socio, Xavi Hernández. España ganó su primer título en 44 años, pero lo mejor estaba aún por llegar.

Todo el mundo recuerda qué hacía el 11 de julio de 2010, dónde vio el encuentro, con quién lo vivió... La primera, y hasta el momento única, final de un Mundial que la selección española masculina ha disputado supuso el partido más importante de la historia del fútbol español, y no pudo ser otro que Iniesta quien derribase aquel fastidioso muro neerlandés. Quizá demasiado se ha usado la expresión "se detuvo el tiempo", pero si cualquier aficionado español al fútbol puede indicar cuándo ha sentido esa sensación, fue en el minuto 116' de aquel choque.

Durante la celebración, Andrés no quería los focos, quería que en ese momento, la gente recordase a su amigo y jugador del Espanyol Dani Jarque, fallecido un año antes. Aquella camiseta fue donada por Iniesta al club perico, ejemplificando el por qué, más allá de su mérito deportivo, el 'Mago de Fuentealbilla' es amado y reverenciado en toda España.

La selección volvió a ganar la Eurocopa en 2012, esta vez con Iniesta como estrella indiscutible y mejor jugador del torneo. Aquel sería el último éxito de la generación dorada del fútbol español, un equipo que, en la medida de lo posible, ayudó a un país que andaba a la deriva, hundido por la crisis económica, y le dio unión y alegrías a una nación que lo necesitaba urgentemente.

El ocaso

La selección española cayó entonces en picado, eliminada brutalmente en el Mundial de Brasil, la Eurocopa de Francia y el Mundial de Rusia, donde Iniesta disputó su último partido con la Roja, marcando su penalti en la definitiva tanda ante el combinado local, dando un último rayo de esperanza fútil a su nación antes de marcharse.

Su paso por el Vissel Kobe hubiera sido una nota al pie de página para cualquier otro, pero el de Fuentealbilla pasó allí seis temporadas, levantando liga, copa y supercopa japonesa. Tras una breve excursión por Emiratos, Andrés Iniesta está listo para el adiós, o para una nueva aventura.

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