España avanza en el reciclaje de vidrio con cifras alentadoras: cada ciudadano recicla alrededor de 19 kilos de vidrio al año, equivalente a unos 66 envases. Este esfuerzo colectivo, respaldado por cientos de miles de contenedores repartidos estratégicamente por las ciudades y municipios españoles, ha permitido que el 70,1% del vidrio se recicle en nuestro país.
No obstante, el camino hacia la sostenibilidad exige más que solo datos. Detrás de ellos está un actor importante que lleva trabajando desde 1997 por hacer del reciclaje una práctica diaria. Hablamos de Ecovidrio, una organización sin ánimo de lucro en España que se dedica, como bien se deduce de su nombre, a la gestión de residuos de envases de vidrio.
Mucho ha llovido desde que comenzó aquella andadura y Ecovidrio, yendo al ritmo de los tiempos, ha sabido introducir en sus rutinas la tecnología de manera eficiente.
“Desde hace dos años estamos usando la analítica de datos y la inteligencia artificial para mejorar las tasas de recogida selectiva de envases de vidrio y podemos decir orgullosos que somos pioneros en el sector”, explica para 20bits Gonzalo De Sebastián, director de Estrategia e Innovación de Ecovidrio.
De Sebastián nos informa de que actualmente cuentan con casi 300.000 contenedores geolocalizados en todo el país. Por otro lado, los camiones de recogida de Ecovidrio cuentan con una pesa en la pluma —la grúa que levanta el contenedor para su volcado en el camión— que permite conocer los kilos de residuos de envases de vidrio que tiene cada contenedor en el momento de la recogida.
Gracias a esa geolocalización y al uso de estos sensores de peso en los camiones, Ecovidrio sabe diariamente cuánto vidrio se recoge en cada punto de España.
Después, aplicando inteligencia artificial, se cruza esa información con variables sociodemográficas y se analiza focos poblacionales “hasta el máximo nivel de detalle”, comparando esos lugares con otros similares para saber qué potencial de recogida tiene la zona analizada y cuántas toneladas se están perdiendo de recogida.
Inteligencia artificial para conseguir que se recicle más vidrio
A raíz de la mencionada estrategia con inteligencia artificial, Ecovidrio ha desarrollado EcoBarrios, una estrategia nacional para acelerar el incremento de la separación selectiva de envases de vidrio en determinadas zonas de nuestro país que no están alcanzando niveles adecuados.
“En Ecovidrio sabemos que no existen recetas universales. Por eso ponemos en marcha planes de acción muy específicos y con un enfoque quirúrgico para abordar los problemas específicos de las zonas donde debemos actuar, en torno a dos palancas”. Trabajan, así, para eliminar barreras —por ejemplo, en el caso de que sea necesario, instalan nuevos contenedores— y para movilizar a la ciudadanía, con visitas puerta a puerta de educadores ambientales o campañas de sensibilización, entre otras acciones.
La toma de decisiones basadas en el dato ha supuesto “un activo diferencial” para la entidad, subraya De Sebastián, asegurando que les está permitiendo “disparar las tasas de reciclado y de recogida selectiva” de vidrio en nuestro país. “El pasado año actuamos en casi 300 secciones censales de 25 municipios de toda España como Alicante o Granada, cuyos resultados nos han permitido incrementar hasta en un 25% de media la recogida selectiva de vidrio en las secciones censarles en las que hemos actuado”, informa.
Sobre la privacidad, tal y como indica este portavoz de Ecovidrio, se trabaja “con datos agregados y en ningún caso nominativos”. Se reciben de “varias fuentes de información, como el Instituto Nacional de Estadística” o gracias a acuerdos que la entidad tiene suscrito “con terceros que garantizan la privacidad y la protección de datos personales”.
Integrar tecnología en oficios tradicionales: un desafío
Con el auge de la IA parece que cualquier sector y tarea son susceptibles de integrar procesos inteligentes. Y muchos lo son, el problema es que inicialmente puede ser complicado identificar cómo puede ayudar esta tecnología.
“Una vez identificadas las áreas prioritarias, y la aplicabilidad de la IA, el siguiente desafío fue técnico y radicaba en la configuración de nuestro repositorio de datos (Data Lake). En la construcción de un almacenamiento de datos centralizado, y estructurado, capaz de albergar el histórico de datos que atesoramos tras 25 años de actividad, así como la gestión diaria de los datos que recibimos a través de los agentes de la cadena de reciclado de envases de vidrio”, comenta el director de Estrategia e Innovación de Ecovidrio.
La información que acumula esta organización no es poca: “Para que os hagáis una idea, actualmente tenemos registrados y validados más de 10 millones de registros listos para alimentar nuestros modelos matemáticos”, destaca De Sebastián.
Estos provienen de los datos diarios de recogida de las 14 compañías recogedoras con las que trabaja Ecovidrio y aquellos que les proporcionan los entes locales —ayuntamientos en dónde Ecovidrio no realiza una gestión directa—; de la información de puesta en el mercado de envases de vidrio de las más de 2.500 compañías que envasan en vidrio o de los datos de las plantas de reciclaje y de residuos urbanos, entre otras fuentes.
Se trata, pues, “del cerebro de Ecovidrio”, la biblioteca donde se custodia toda la información que la organización explota con la inteligencia artificial y de la que se alimentan todos sus portales y aplicaciones.
Aràn, un asistente virtual
Recientemente, Ecovidrio ha lanzado Aràn, el primer avatar sostenible creado con inteligencia artificial, una herramienta destinada a conectar con la ciudadanía y promover el reciclaje desde una perspectiva innovadora y educativa.
Así explica De Sebastián la iniciativa: “El pasado 6 de junio, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, nació Aràn, nuestro avatar creado por IA y el primero de nuestro país con fines puramente ambientales. Aunque ahora mismo solo “vive” en nuestras redes sociales, le estamos “entrenando” para que se convierta no solo en un compañero de Ecovidrio, sino en un embajador para promover la economía circular, la sostenibilidad y, por supuesto, el reciclaje en nuestro país”.
El futuro del reciclaje
Dice el portavoz de la organización que en Ecovidrio tienen clara su hoja de ruta: “Seguir explotando todo el potencial de la inteligencia artificial más allá de las tasas de recogida selectiva y de reciclaje y ampliar su uso a los servicios que ofrecemos a nuestras empresas adheridas y a las administraciones públicas”.
En este sentido, continúa De Sebastián, las compañías que envasan en vidrio tienen la obligación de responsabilizarse de los residuos de envases de vidrio que ponen en el mercado. Para ello, anualmente la legislación les exige que proporcionen información tan minuciosa y detallada como el número de envases puestos en el mercado y su peso, los materiales utilizados o los elementos que acompañan al envasado, es decir, tipo de tapón, etiquetas empleadas, etc.
“Se trata de un proceso administrativo muy exigente y tedioso al que tienen que destinar muchos recursos y esfuerzo. En Ecovidrio queremos ayudarles y ponérselo fácil, por eso nos encontramos inmersos en un piloto de inteligencia artificial generativa que va a permitir a las empresas contar con un «borrador de declaración de envases», similar al que nos ofrece Hacienda cada año en nuestra declaración de la renta, con el objetivo de que nuestras empresas adheridas solo tengan que validarlos y puedan centrar sus recursos en cuestiones de mayor valor para ellos”, subraya el director de Estrategia e Innovación de la entidad.
En relación con las administraciones públicas, también están desarrollando un piloto basado en modelos de IA que permitirá ofrecerles visibilidad sobre el estado de llenado de todos los contenedores en los municipios. “Esta solución nos permitirá no tener que depender de sensores físicos instalados en los contenedores para poder determinar cuál es el nivel de llenado de los contenedores y, por tanto, poder determinar de manera eficaz y eficiente de los servicios de recogida asociados para evitar desbordamientos”, informa De Sebastián.
¿Qué pasaría si dejáramos de reciclar vidrio?
Si dejáramos de reciclar vidrio, el impacto ambiental sería considerable. Primero, aumentaría la extracción de materias primas como arena, sosa y caliza, lo que implicaría una mayor destrucción de ecosistemas naturales. Además, producir vidrio desde cero consume más energía que reciclarlo, lo que incrementaría las emisiones de CO₂ y agravaría el cambio climático. También generaríamos más residuos en vertederos, saturando rápidamente estos espacios y contaminando el suelo y agua.