La reforma fiscal del Gobierno, salvo sorpresa mayúscula de última hora, saldrá adelante este jueves en el Congreso. La agónica negociación que mantuvieron durante toda la noche del miércoles al jueves la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, fructificó en torno a las 13.00 de este jueves, cuando los morados anunciaron a través de un comunicado que votarán a favor de la reforma fiscal dentro de unas horas a cambio de extender durante todo el año 2025 el impuesto a los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas.
Esta prórroga, no obstante, debe ser "compatible con no gravar las inversiones que se comprometan con la descarbonización", como exigía Junts y como pactó con el Ministerio de Hacienda, según explica el comunicado de Podemos. Eso implica que los morados, como ya se abrieron a hacer el miércoles, asumen que el impuesto llevará incluido un recorte en forma de exenciones para aquellas empresas que hagan inversiones en energías renovables, una salvaguarda con la que Junts aspira a conseguir su gran obsesión: que el gravamen no afecte a Repsol, que ha amenazado con retirar dinero de su planta en Tarragona si tiene que pagar el impuesto por sus beneficios, que en 2023 ascendieron a 3.168 millones de euros netos.
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