El Estado puede meter a un ciudadano en un laberinto doloroso con tal de cumplir sus normas a rajatabla. Para esas situaciones solemos aplicar el calificativo de kafkiano recordando, por ejemplo, la peripecia de Josef K. en El proceso (con el rostro de Anthony Perkins en la versión cinematográfica de Orson Wells). Pero en Rusia, lo kafkiano se convierte en pesadilla y a diario, porque Putin no acepta discrepancias y menos aún en tiempo de guerra.
Bien lo sabe Nadezhda Buyanova. Se le ocurrió discrepar del líder ruso en público, bueno, ante un paciente, un niño de 7 años para más señas. Porque Buyanova, de 68 años, es pediatra. El resultado es que ha sido juzgada y sentenciada como terrorista por criticar la invasión rusa de Ucrania ante el niño al que atendía en su consulta.
El pecado de esta pediatra, según la Justicia rusa, ha sido difundir información falsa sobre el Ejército de su país. Un tribunal de Moscú la condenó la pasada semana a cinco años y medio de cárcel, acusada de desprestigiar a las Fuerzas Armadas rusas con un comentario sobre su papel en Ucrania.
La acusación de una viuda de guerra
Buyanova fue detenida en febrero cuando una mujer contó que durante una consulta la doctora había hecho un comentario inoportuno sobre su marido, que murió en la guerra en Ucrania. Según la viuda, la pediatra había calificado a su marido de "objetivo militar legítimo" para los soldados ucranianos.
Es absurdo, simplemente absurdo... No me cabe en la cabeza lo que me está pasando"
"Es absurdo, simplemente absurdo", dijo la médica. "No me cabe en la cabeza lo que me está pasando. Quizá más adelante pueda hacerlo", declaró Buyanova, consciente de que la pesadilla era real.
La sentencia es "monstruosa y demasiado dura... no esperábamos esto", declaró a la BBC Óscar Cherdzhiev, abogado de la pediatra. "No nos lo esperábamos, ni siquiera teniendo en cuenta lo que está ocurriendo hoy [en Rusia]. Unas pocas palabras bastaron para meter a alguien entre rejas durante tanto tiempo".
El letrado se pronunció en esos términos porque en realidad no hay pruebas contra Buyanova. Básicamente, no hay grabación de audio o video donde se la escuche pronunciarse en contra de la guerra o de las tropas rusas. Es la palabra de una mujer contra la de otra.
Encerrada en una jaula de cristal y metal, la doctora insistió en su inocencia durante todo el juicio. Ante los cargos ("difusión pública, por motivos políticos o ideológicos, de información deliberadamente falsa sobre el ejército ruso"), ella replicó que había sido objeto de calumnias.
Alteraron la última página del acta del enfrentamiento [de su testimonio]. Lo volvieron a mecanografiar todo"
El fiscal argumentó que como la pediatra interactuaba con mucha gente y ocupaba una posición de autoridad, podía influir en la mente de las personas y moldear actitudes negativas. "¿Soy el único que interactúa con un gran número de personas? ¿Y otros médicos? ¿Profesores? ¿Los clérigos? Muchos otros podrían influir en la mente de las personas. Se puede acusar a cualquiera", declaró Buyanova, según reproduce el portal Mediazona.
La médica acusa a la Justicia rusa de manipular el proceso. "Alteraron la última página del acta del enfrentamiento [de su testimonio]. Lo volvieron a mecanografiar todo", aseguró.
El viídeo exculpatorio desaparece
Segura de la inocencia de su cliente, la defensa pidió adjuntar el video de la conversación con la madre de ese paciente. Se supone que fue durante esa charla cuando la pediatra hizo su comentario crítico contra Rusia y su Ejército. Pero fue imposible: la grabación había desaparecido en circunstancias no aclaradas. ¿"Objetivo militar legítimo"? La doctora repitió una y otra vez que nunca pronunció esas palabras.
"La investigación se niega a admitir que no tiene pruebas. Simplemente no hay ninguna. Así que inventaron la llamada "entrevista" del niño en casa. Convenientemente en casa, la madre en la habitación de al lado y un psicólogo que convenientemente encontraron en Moscú", argumentó Buyanova. "Un médico no puede desear el mal a un niño", resumió la pediatra ante el tribunal.
No tienen pruebas. Simplemente no hay ninguna. Así que inventaron la llamada "entrevista" del niño en casa"
Pero fue condenada. "Vergüenza" gritaban los presentes en la sala de juicio al escuchar el veredicto: cinco años y cinco meses de prisión.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU ha pedido la liberación de Buyanova. La Asociación Médica Mundial, que representa a más de 10 millones de médicos en todo el mundo, se ha sumado a la petición. Piden la liberación de su colega y la retirada de todos los cargos contra ella.