Existen enfermedades crónicas relacionadas con síntomas gastrointestinales difíciles de diagnosticar y que generan en los pacientes mucha incertidumbre, lo que les lleva a la consulta de su médico de cabecera para descubrir la causa y comenzar el tratamiento.
De todas las patologías relacionadas con el aparato digestivo, hay concretamente dos que se llevan la palma en cuanto a consulta con el médico de Atención Primaria, con una prevalencia del 40 y el 15 por ciento respectivamente: hablamos de la Dispepsia funcional y el Síndrome del intestino irritable.
Qué son los trastornos digestivos funcionales
Los trastornos funcionales digestivos son un grupo de trastornos motores que impactan en la calidad de vida de los pacientes, y pueden afectar cualquier segmento del aparato digestivo. Se caracterizan por ser funcionales y de difícil manejo, originando situaciones complicadas en la relación médico paciente, y provocando un gran impacto en la calidad de vida.
Los síntomas que provocan estas patologías se conocen médicamente como trastornos funcionales digestivos y son señales de alarma que nuestro cuerpo emite para informarnos de que existen alteraciones en lo que debería ser el correcto funcionamiento de nuestro aparato digestivo.
Entre los trastornos funcionales digestivos más frecuentes se encuentran el colon irritable, el reflujo gástrico (identificado como sensación de acidez), la dispepsia funcional y el estreñimiento crónico. También pueden ser habituales ciertos problemas en la deglución, reflujo, hinchazón abdominal, digestiones pesadas, dolor abdominal, cambio en la consistencia de las heces, y diarrea o estreñimiento.
El reto de los trastornos digestivos funcionales para los médicos
Los problemas de la interacción intestino-cerebro son los trastornos gastrointestinales funcionales más frecuentes en las consultas, según datos que se derivan del documento de consulta rápida para médicos de Atención Primaria 'Dispepsia funcional y Síndrome del intestino irritable, realizado por el Grupo de Trabajo de Digestivo y de Fitoterapia de Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Este nuevo documento se ha presentado durante el marco del 46 Congreso Nacional de la Sociedad médica celebrado en Bilbao. Con él se pretende dar un mayor conocimiento y seguridad a los profesionales de la salud a la hora de afrontar los retos que suponen el diagnóstico y tratamiento de los trastornos digestivos funcionales (TDF).
El eje cerebro-intestino en los trastornos digestivos funcionales
Las situaciones de tensión y estrés a las que estamos sometidos constantemente en nuestra sociedad pueden aumentar el riesgo de padecer los trastornos digestivos funcionales, o agravar los síntomas de éstos. Por ello, los médicos de Atención Primaria necesitan conocer la importancia del eje cerebro-intestino, puesto que hay una conexión entre las funciones digestivas y las respuestas emocionales.
El eje del que hablamos influye en la motilidad intestinal, la sensibilidad visceral y las respuestas inmunológicas, factores que están involucrados en estos trastornos. Así, los médicos pueden tener un enfoque terapéutico personalizado para sus pacientes, que incluya la amplia variedad de síntomas digestivos y los factores psicológicos.
La doctora Noelia Fontanillas Garmilla, especialista en Medicina familiar y Comunitaria y Coordinadora Grupo de Digestivo de SEMERGEN, "el término 'funcional' suele estigmatizar a los pacientes y sus dolencias. Debemos considerar que son enfermedades crónicas en las que el paciente refiere sintomatología gastrointestinal y las pruebas complementarias, analíticas o radiológicas son normales".
El problema de estas dos enfermedades es que normalmente "alternan periodos sintomáticos con asintomáticos, lo cual reduce la calidad de vida de quien las padece, al tiempo que generan incertidumbre y frustración tanto en los médicos como en los pacientes".
Dispepsia funcional e Intestino irritable
Los trastornos digestivos funcionales pueden estar provocados por una diversidad de factores y se caracterizan por una serie de síntomas variables. Dentro de este contexto, se trata de uno de los principales desafíos a los que se enfrentan los pacientes y los médicos de Atención Primaria: saber reconocer y diferenciar la sintomatología de estas patologías con respecto a otras, para pautar un tratamiento adecuado.
Respecto al tratamiento, abarca desde la farmacoterapia hasta las intervenciones no farmacológicas, y se determinan según la sintomatología del paciente y su respuesta a tratamientos previos. En este sentido, la fitoterapia es una opción de tratamiento eficaz, segura y bien tolerada para estos trastornos gastrointestinales.
El director médico de Schwabe Farma Ibérica, doctor Luis Herrera, añade que "los avances en la investigación de fitofármacos en el área de los síntomas digestivos más frecuentes como la flatulencia, la hinchazón, el dolor abdominal y los calambres, han descrito a través de ensayos clínicos y metaanálisis que la combinación de los aceites esenciales de menta y de alcaravea es eficaz para el tratamiento de los pacientes de Dispepsia funcional y el Síndrome del intestino irritable”.
Referencias
Drossman, D. A. (2016). 'Functional Gastrointestinal Disorders: History, Pathophysiology, Clinical Features, and Rome IV.' Gastroenterology, 150(6), 1262-1279.e2. https://doi.org/10.1053/j.gastro.2016.02.032
Juan Miguel Abdo-Francis. Functional digestive disorders.Tlacotalpan 59-172. Col. Roma. https://www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-del-hospital-general-325-articulo-trastornos-funcionales-digestivos-X0185106311907333