Casi 20 años sin Eddie Guerrero, el adorado luchador latino que superó su adicción a las drogas y murió en brazos de su sobrino

El 13 de noviembre de 2005, hace 19 años, falleció en un hotel de Minnesota Eddie Guerrero, uno de los hombres más queridos y reverenciados en toda la historia de la lucha libre. El nacido en Texas, y de ascendencia mexicana, dejó en la industria un legado único como un representante de Latinoamérica, su cultura y valores.

"¡Viva la raza!", exclamaba la megafonía cada vez que Eddie se aproximaba al ring. Guerrero nació en 1967, y pronto se enamoró del 'pressing catch' gracias a su padre, también luchador. A finales de los años 80, Eddie Guerrero tuvo sus primeros combates, y pronto se convirtió en una estrella de la lucha libre en México, donde aprendió su estilo característico.

Durante los años 90, su fama creció en Estados Unidos, fichando por WCW, una de las grandes promociones del momento. Allí, popularizó las técnicas de lucha libre mexicana en sus combates contra Rey Mysterio, uno de sus mejores amigos dentro y fuera del cuadrilátero.

Con la llegada del nuevo milenio, dio finalmente el salto a la WWE (aún llamada WWF por aquel entonces), la empresa que solidificaría su lugar como una superestrella. Al mismo tiempo, Guerrero había comenzado a abusar de las bebidas alcohólicas, esteroides y medicamentos de prescripción, principalmente la vicodina, tras un grave accidente el año anterior.

Sus problemas personales continuaron hasta que fue despedido en 2001 por conducir bajo los efectos del alcohol. El luchador regresó a la 'Empresa de la Cañada' al año siguiente, y durante sus últimas temporadas, encontró en la fe cristiana una vía de escape a sus adicciones.

Su estatus en la lucha libre creció, y en 2004 se convirtió en campeón de la WWE tras derrotar a Brock Lesnar en uno de sus mejores combates. El mantra de su personaje, "miento, hago trampas y robo", le convirtió en un ídolo para millones de espectadores, encandilados por su incomparable carisma y habilidad dentro del ring.

En mayo de ese mismo año, Eddie Guerrero sufrió un infarto en pleno combate, aunque logró recuperarse y volvió a competir hasta su muerte. El 13 de noviembre de 2005, su sobrino, Chavo Guerrero, fue a buscar a Eddie a su habitación de hotel en Mineápolis, Minnesota, para ir al gimnasio.

Chavo, en el podcast de Chris Jericho, afirmó que encontró a su tío en el suelo del baño, sin respiración. "Aún estaba vivo, porque estaba caliente. Le vi pasar del calor al frío. Murió ahí mismo", explicó el también luchador. "Yo estoy ahí sentado, con mi hermano [figurativo] básicamente muriendo en mis brazos. Estaba en shock", rememoró Chavo.

La autopsia reveló que la causa oficial de la muerte fue una ataque relacionado la arterioesclerosis que había desarrollado. Los siguientes eventos de la WWE fueron dedicados a su memoria, y aún a día de hoy, múltiples luchadores utilizan sus movimientos característicos, Frog Splash y Three Amigos, como tributo a uno de los mejores de todos los tiempos.

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.