Dos semanas después de la trágica DANA de Valencia, la más mortífera en décadas que ha dejado 223 fallecidos y una veintena de desaparecidos, las lluvias torrenciales, el desborde de barrancos y las inundaciones han regresado al litoral mediterráneo, principalmente en las provincias de Málaga, Castellón y Tarragona, pero esta vez con la población avisada, semi confinada e incluso evacuada de manera preventiva.
Lo peor del temporal a mediodía está en Málaga y alrededores, aunque a lo largo de la tarde podría volver a afectar a la zona valenciana devastada en la DANA anterior, allí donde las malas previsiones climáticas dificultan la búsqueda de desaparecidos en el mar y restringen la circulación en una veintena de municipios.
Las lluvias de esta segunda DANA comenzaron a ganar intensidad el martes por la noche, provocando inundaciones en municipios como Benicarló o Vinarós, en Castellón. En Málaga, en previsión de lo que estaba por venir 3.000 vecinos del cauce del Guadalhorce fueron desalojados, también los del río Campanillas, en la capital, y ya por la mañana otra quincena de residentes en Benalmádena fueron realojados tras la caída de un muro. La provincia ha dispuesto albergues para todos aquellos que no cuentan con alternativas habitacionales.
La ciudad de Málaga ha amanecido semi vacía, debido a la alerta que sonó en los móviles de los ciudadanos con el aviso de la DANA. Todos los centros educativos de Málaga han cerrado. Sin clases en primaria, secundaria y universidad, esto se ha traducido en 1.200 centros educativos cerrados y en 350.000 alumnos que no han acudido a sus clases, al margen de que se han suspendido juicios, eventos y las inspecciones de las ITV, entre otras actividades.
En el oriente andaluz se ha recomendado a todos los vecinos evitar la movilidad innecesaria y a las empresas favorecer en la medida de lo posible el teletrabajo. En las horas previas a los malagueños les sonó en sus teléfonos móviles la alerta roja por el temporal de este miércoles, lo que hizo a los malagueños vaciar las estanterías de muchos supermercados para no quedar desabastecidos.
El entorno de Málaga, desde la Axarquía a Coín, ha sido la zona más afectadas por las primeras lluvias del día, causando inundaciones en la vía pública e incluso una manga marina frente a Marbella. Las inundaciones llegaron desde mediodía a calles e instalaciones de Málaga, provocando riadas que han clausurado el AVE de Madrid a la ciudad y convirtiendo en ríos los pasillos de hospitales.
Al menos cien municipios de Granada, algunos limítrofes con Málaga, también han cancelado la actividad escolar y el Ayuntamiento de la capital solicitaba el teletrabajo de los puestos no esenciales, y ordenaba el cierre de parques, un dispositivo especial de la Policía Local y lugares extra de acogida para las personas sin hogar.
En Cataluña la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha advertido de la posibilidad de "crecidas súbitas importantes" de carácter local en barrancos y cauces menores afluentes del tramo bajo del río.
Están previstas lluvias intensas especialmente en las comarcas tarraconenses del Montsià, Baix Ebre, Terra Alta y Ribera d'Ebre.
Los meteorólogos han anunciado que esta tarde una de las tormentas más fuertes de la DANA apunta hacia Valencia y Castellón y para esta noche precipitaciones, algunas de origen tormentoso, que se prevé que superen los 40-50 l/m2 en tan solo una hora en zonas del litoral de Valencia, litoral norte de Alicante y Castellón. En algunos puntos las precipitaciones podrían llegar a la torrencialidad, pero se prevé que el grueso de la precipitación caiga sobre el mar y en las zonas más litorales.
En el Congreso, la totalidad de la sesión de control al Gobierno ha estado centrada en la DANA. El Gobierno, a través del ministro de política territorial, ha reclamado un pacto de Estado contra el cambio climático para que España pueda estar mejor preparada para hacer frente a fenómenos como la DANA, ientras que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha pedido a los trabajadores ante la alerta roja teletrabajar para evitar riesgos.