Al Gobierno de Pedro Sánchez no le ha quedado otra opción que rebajar sus líneas rojas con la ultraderecha para lograr desbloquear la candidatura de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea. El presidente del Gobierno ha abierto la puerta a que los eurodiputados socialistas españoles, junto con el resto de socialdemócratas, apoyen la Vicepresidencia de Raffaele Fitto, el candidato de la ultraderechista italiana Giorgia Meloni. "En la conformación del Colegio de Comisarios todos los países tienen derecho a elegir a un comisario o comisaria. No lo elijo yo, sino el Gobierno de ese país", ha justificado Sánchez en la rueda de prensa para hacer balance de la cumbre del G20 celebrada en Brasil, en la que también ha aprovechado para negociar con Ursula Von der Leyen el desbloqueo de Ribera.
Según el presidente, esta cuestión no se sale del pacto firmado por las tres principales familias europeas -socialdemócratas, conservadores y liberales-, un acuerdo "moderado, de centro y proeuropeo". Sin embargo, en el mismo no se pactó la candidatura de Fitto, puesto que Von der Leyen lo propuso más adelante. Al respecto, Sánchez niega haber "sobrepasado" ninguna "línea" porque es el Gobierno italiano quien decide "con quien va y con quien no" y que esta es una derivada que no afecta al acuerdo político de las tres familias europeas pero, hasta entonces, los socialistas insistían en la necesidad de interponer un cordón sanitario a ultraderecha, de hecho, este fue el tema central de su campaña para las elecciones del 9 de junio.
Para justificar el movimiento, Sánchez asegura que, en su momento, pasó lo mismo con el candidato a comisario del húngaro Viktor Orban, al que también tuvieron que apoyar. "Una cosa es el acuerdo político que hemos alcanzado entre las familias europeas (...) y otra lo que dicen los tratados, que todos tienen derecho a tener comisario", ha insistido Sánchez, para asegurar su intención de preservar el acuerdo con los populares y liberales. Y, en este sentido, pide que todos los grupos lo cumplan y les pide "reciprocidad" con Teresa Ribera.
Además, el presidente del Gobierno también defiende que uno de los objetivos es que en la Comisión Europea estuvieran "los mejores". "Y España tiene uno de los mejores referentes. Teresa Ribera es la mejor y, si no la mejor, de las mejores", ha ensalzado Sánchez a su vicepresidenta tercera, una de las "más importantes" de su Gobierno y a la que ha tenido que "renunciar", ha lamentado.
Respecto a la posición del Partido Popular, que se ha negado a apoyar la candidatura de Ribera, Sánchez ha cargado contra Alberto Núñez Feijóo por querer "mezclar la tragedia de Valencia" con las negociaciones en Bruselas. "Feijóo tiene todo el derecho de defender a Mazón y su gestión, pero no lo puede hacer en contra de todo y de todos", ha lanzado al respecto, alegando que el interés de que Ribera sea vicepresidenta europea es nacional y europeo. "A España le interesa tener a la vicepresidenta primera en la Comisión Europea (...) gestionando la política de competencias, que es de las más poderosas", ha aseverado.
Respecto al interés europeo, Sánchez ha reprochado al líder de la oposición que ponga "en duda" la propia constitución de una Comisión que se necesita "cuanto antes" teniendo en cuenta "los desafíos globales". "Si Feijóo quiere defender a Mazón, que lo haga. Está en su derecho, pero no en contra del Estado autonómico, de los intereses de España ni tampoco en contra de los intereses de Europa", ha zanjado. Por ello, le ha pedido que aplique "la política para adultos", de "mesura, racionalidad y un mínimo de sentido de Estado".
También ha justificado la urgencia de que la Comisión Europea se constituya cuanto antes alegando que es necesario reforzar su "autonomía estratégica", ganar competitividad y reforzar las relaciones internacionales de cara a que Donald Trump se vuelva a instalar en el Despacho Oval, ya que la política comercial se verá alterada, por lo que "suena de sentido común" que Europa se afiance con "otros bloques internacionales". Eso sí, sin renunciar a un "vínculo transatlántico" que va más allá de la coyuntura de los gobiernos europeos y estadounidenses.
