La propuesta del presidente brasileño, Lula da Silva, de crear un impuesto universal sobre la riqueza de los multimillonarios más ricos del mundo será uno de los asuntos en los que el anfitrión de la cumbre del G20 intentará avanzar con los países participantes en el foro internacional, que se celebrará en Río de Janeiro del 18 al 19 de noviembre. Uno de ellos será España, que no dudará en apoyar la propuesta de su homólogo brasileño, aunque las negociaciones son tan intensas como complejas, según reconocen fuentes de Moncloa.
De hecho, esta propuesta estará incluida en la declaración ministerial ya aprobada y con el foco puesto en reducir las desigualdades. Un texto que ya es un logro en sí mismo, puesto que en los últimos años había muchas dificultades para aprobar un documento unánime. Eso sí, las conversaciones no han sido tan positivas en lo que concierne a la guerra de Ucrania y Gaza, dos asuntos trascendentales en la situación geopolítica que se quedan fuera del consenso del Grupo de los Veinte. Fuentes gubernamentales admiten que las posiciones son muy dispares entre unos países y otros, lo que ha dificultado los avances para lograr que la declaración sea realmente ambiciosa al respecto.
En cualquier caso, uno de los puntos que aún están sobre la mesa de negociación es el mencionado impuesto a los ultrarricos, que consiste en un gravamen anual del 2% sobre el patrimonio neto total de estas fortunas. No todos los países están de acuerdo, como es el caso de Estados Unidos y Alemania, pero Brasil insiste en que este gravamen generaría 250.000 millones de dólares que podrían gastarse en la lucha global contra el hambre, los conflictos y las pandemias. Si bien, el debate no está tanto en plasmarlo en el documento, sino en la fórmula para hacerlo, ya que Brasil quiere que quede reflejado de forma adecuada para que no sea papel mojado.
Contará con el apoyo de España para ello, lo que es coherente teniendo en cuenta que el Gobierno ha abogado por gravámenes en este sentido tanto a nivel nacional como europeo. De hecho, en la COP29 que se está celebrando en Bakú, el Gobierno de Pedro Sánchez también apoyó esta opción planteada por un grupo de trabajo para la creación de nuevos gravámenes con el fin de reducir la brecha de la financiación mundial para el clima. Precisamente, es el mismo impuesto que se debate en el seno del G20.
Además, en España ya rige un impuesto que va en esa línea, el que grava a las grandes fortunas, en concreto, al patrimonio neto de las personas físicas con una cuantía superior a los 3 millones de euros. Un modelo que el PSOE quiere exportar a la Unión Europea junto con otro a la banca por sus beneficios extraordinarios. En este sentido, fuentes gubernamentales aseguran que el apoyo a la iniciativa de Lula da Silva está garantizado en la cumbre del G20.
Las reuniones bilaterales de Sánchez en el G20
Aún quedan reuniones bilaterales por cerrar en la agenda del presidente, que estará acompañado por su esposa, Begoña Gómez, en esta cumbre. Pero las que ya están confirmadas las mantendrá con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, pocas semanas después de que haya mejorado cinco décimas las previsiones de crecimiento de la economía española para este año. También mantendrá una bilateral con el presidente de Vietnam, Vo Van Thuong; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; y con el de Australia, Anthony Albanese.
En la cumbre, Sánchez participará en una primera sesión de trabajo dedicada a la inclusión social y a la lucha contra el hambre y la pobreza, que desde el Gobierno español esperan que sea el gran éxito de la cumbre en términos de consenso y avance. Y también se prevé su asistencia a la que tratará sobre la reforma de organizaciones internacionales como la ONU y la OMC. En la misma, el planteamiento de Lula da Silva dista del de Pedro Sánchez en lo que concierne a la revisión profunda de la Carta de Naciones Unidas. El presidente brasileño insiste en ello en todos los foros internacionales, además de en la inclusión de América Latina y África entre los asientos permanentes del Consejo de Seguridad.
La agenda que aún se desconoce es la de Begoña Gómez, puesto que son las autoridades brasileñas las que emitieron la invitación y a las que les corresponde la organización de la agenda. En cualquier caso, está confirmado que la mujer del presidente asistirá a la cumbre después de que el juez Juan Carlos Peinado haya aplazado su declaración como investigada al próximo 18 de diciembre por la contratación de un software de la cátedra que codirigió en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).