Los ríos de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha se unieron en 2023 a los de casi la mitad del mundo con falta de agua

Los ríos que discurren por Andalucía, por Extremadura y por Castilla-La Mancha se sumaron en 2023 a los de casi la mitad del mundo en los que se registró un flujo de agua por debajo de lo normal, según un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que refleja los efectos del cambio climático, con una sequía y una demanda creciente que hizo que el año pasado los ríos estuvieran más secos de lo que se había registrado en las tres décadas previas, pero también provocó intensas precipitaciones y el derretimiento de glaciares que llevaron a episodios de inundaciones especialmente virulentos en regiones como África y América del Norte y del Sur. En España, los ríos de la cornisa cantábrica estuvieron "por encima" de la situación de normalidad en el resto de España, incluido el Levante.

La OMM, perteneciente a Naciones Unidas, ha publicado este lunes la tercera edición del Estado de los Recursos Hídricos Mundiales, su informe más completo hasta la fecha que toma datos de los servicios meteorológicos nacionales y en el que advierte de que el agua del 45% de los ríos de todo el mundo está "por debajo o muy por debajo" de lo que se considera normal y que solo un 17% está "encima o muy por encima".

En el caso de España, el mapa resultado de la simulación realizada por la OMM muestra cómo la mitad sur, a excepción del Levante, aparece clasificada con ríos en las que las condiciones de descarga están "por debajo" de lo normal. A la inversa, en Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, están "por encima". En 2013, el resto del país se encontraba en una situación de normalidad en cuanto a recursos hídricos, como ocurre en la mayor parte de Europa. Salvo la escasez de agua que el informe detecta en Grecia y el sur de España, el resto de episodios anormales se producen por exceso, en Reino Unido e Irlanda, en el norte de Alemania y Polonia o en Bulgaria o Rumanía.

Comparada con otras regiones del mundo, Europa aparece como una zona donde reina mucha más normalidad que en América del Norte y del Sur, aquejadas por problemas mucho más graves de escasez de agua en los ríos o por Asia y África, donde el exceso también provocó problemas en los países más al sur.

Indicador de peligro climático

Los recursos hídricos son un "indicador de peligro de cambio climático", explica el informe, que constata que el mundo lleva cinco años consecutivos con flujos fluviales "muy inferiores a los normales", algo que también afecta al flujo de los embalses. En 2023, el informe detectó caudales inferiores a lo normal en India y toda América. Por lo que respecta a los niveles de agua subterránea, junto con América del Norte, Europa fue una de las regiones donde "se observó un notable agotamiento debido a la prolongada sequía".

Volviendo a los ríos, 2023 se caracterizó por condiciones de descarga fluvial más secas o normales y, como en los tres años previos observados, más del 50% de las cuencas hidrográficas de todo el mundo registraron condiciones anormales, sobre todo por déficit de agua (45%) que por exceso (17%). Ríos tan caudalosos como el Mississippi o el Amazonas "registraron niveles récords de estiaje".

La OMM señala que a día de hoy 3.600 millones de personas en todo el mundo -es decir, casi la mitad de una población global de 8.000 millones- carecen de suficiente acceso al agua por lo menos durante un mes año y prevé que esta cifra aumentará a 5.000 millones de personas de aquí a 2050.

Exceso de agua

Pero si la falta de agua en los ríos es un problema vinculado al cambio climático que "reduce la cantidad de agua disponible para las comunidades, la agricultura y los ecosistemas", también lo es el exceso de agua, ya sea por lluvias torrenciales o por el derretimiento de los glaciares, también producto del calentamiento global. Según el informe publicado este lunes, entre septiembre de 2022 y agosto de 2023, los glaciares registraron la mayor pérdida de agua en 50 años.

"Recibimos llamadas de socorro en forma de precipitaciones, crecidas y sequías cada vez más extremas que se cobran numerosas vidas y perjudican gravemente los ecosistemas y la economía", advierte Celeste Saulo, secretaria general de la OMM. "A raíz del aumento de las temperaturas, el ciclo hidrológico se ha acelerado", añade, "y se ha vuelto más irregular e impredecible". "Nos enfrentamos a problemas crecientes de exceso o escasez de agua", señala sobre las dos caras de la misma moneda de la subida de la temperatura por el cambio climático. "Una atmósfera más cálida retiene más humedad, lo que favorece las precipitaciones intensas. La evaporación más rápida y la desecación de los suelos empeoran las condiciones de sequía".

A pesar de la importancia del agua y de lo afectados que están los recursos hídricos por el cambio climático, la OMM reconoce "lo poco que se sabe sobre el verdadero estado" de ríos y otras masas de agua dulce en el mundo. Por eso, advierte de que es necesario mejorar la vigilancia y que los países intercambien datos y colaboren, particularmente en regiones transfronterizas. Este estudio pretende tener disponibles datos mundiales y se une al objetivo de que en 2027 esté en pie la iniciativa Alertas Tempranas para Todos

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