Al Rey el Cachopo parece gustarle estar en el candelero. El condenado a quince años de cárcel por el homicidio de su exnovia Heidy Paz en 2018 vuelve a ser noticia. César Román enviaba este martes una carta a la Audiencia Provincial de Madrid donde detalla cómo fue la muerte de la mujer de 25 años y dónde se encuentran sus restos cadavéricos. Algo que no había desvelado hasta ahora. No así el crimen de su exnovia, que confesó el pasado mes de mayo, días antes del estreno de un true crime sobre su caso, y en la que aseguraba que "tras hacer una profunda e íntima reflexión" reconocía el delito por el que fue condenado y mostraba su arrepentimiento. Aunque entonces no dijo dónde se encontraba el cadáver.
Pero la historia del Rey del Cachopo, sobre todo desde su entrada en la prisión de Alcalá Meco, está más que ligada al envío de misivas. En 2022, un año después de ser condenado por un jurado popular, Román enviaba una carta al presentador de televisión Joaquín Prat para felicitarle la Navidad. Un año después hacía lo propio pidiendo protagonizar un documental sobre su caso, como posteriormente ocurrió. Las pasadas fiestas envió otro christmas, según adelantó en su momento El Periódico de España, al abogado madrileño Alberto Martín, al que en su momento pidió representación.
Aunque en la misiva de este martes Román ha ido un poco más allá. En lo que parecería una estrategia para obtener beneficios penitenciarios, ya que además de un confesión y arrepentimiento, alcanzar el tercer grado requiere de una reparación a la familia de la víctima (en este caso saber dónde está el cuerpo de Paz), el hombre incluye detalles para que la Policía pueda llegar a los restos de la joven asesinada, de la que solo se obtuvo el torso. En el texto, Román asegura que mató a Paz de un tiro accidental en la cabeza durante un discusión y que un tío suyo forense, precisamente ya fallecido, fue el que descuartizó a la víctima y enterró sus restos (la cabeza y extremidades).
El escrito describe que los restos estarían en un paraje del término municipal de Carranque, en la provincia de Toledo. Según su versión, tanto él como su tío acordaron enterrar el cuerpo en un área conocida como Las Cárcavas, cerca del parque arqueológico y del río Guadarrama. "Antes de cruzar el puente, a unos 500 metros del parking, frente al merendero, a la izquierda del puente, la fuente y el arroyo seco", detalla en el documento. Con un dibujo, Román trata de indicar a las autoridades dónde pueden hallar los restos, aunque reconoce que no lo sabe con seguridad porque no acompañó a su tío.
Según Román, no había dado explicaciones hasta ahora de estos detalles porque durante el juicio su tío estaba gravemente enfermo, hasta que falleció meses después, y consideraba que tenía una deuda de gratitud por su ayuda y debía proteger su identidad. Sin embargo ahora se ha decidido a dar este paso y pide disculpas "por no haber ofrecido estas explicaciones antes y por el dolor adicional" que con ello ha causado, sobre todo a la madre de la fallecida.
La teoría de la mafia
Durante todo este tiempo hasta su confesión el año pasado, Román había apuntado en todo momento a que la muerte de Paz había sido responsabilidad de ciertas mafias por un tema de drogas. Pero lo cierto es que, durante el juicio, la Fiscalía detalló que Paz había roto con Román a través de una nota tras solo tres meses de relación, en el mes de julio, algo que el acusado no aceptó, así que "movido por el hecho de que ella era mujer, con la intención de quitarle la vida, o al menos, representándose dicho resultado, le causó la muerte".
Así, el 13 de agosto de 2018 la Policía halló una maleta en una nave industrial del número 3 de la calle Sebastián Gómez de Usera (Madrid) con un torso en su interior. El tórax tenía seccionadas las extremidades y el pecho, presentando dos cortes de 15 y 2,5 centímetros a la altura del ombligo. La nave estaba a nombre de Román en régimen de alquiler y los restos, como se comprobó meses después, eran de Heidy Paz. Su madre entregó en noviembre muestras de ADN a las autoridades para el cotejo, cuando su hija llevaba desaparecida cuatro meses.
Según los forenses que analizaron los restos y que declararon en el juicio, esas dos incisiones a la altura del ombligo tenían como objetivo eliminar la cicatriz de la cesárea de la joven, que había dado a luz dos veces, como un intento de evitar su identificación. Además, el torso había sido rociado con sosa cáustica, por lo que la maleta estaba rodeada de fluidos del cadáver, ya en un alto grado de descomposición. En uno de esos botes se halló una huella de Román, que también dejó ADN en la maleta.
Siete años sin los restos
Además, el hallazgo se produjo porque en el montacargas del lugar, muy cerca de la maleta, se había iniciado un fuego con restos de papeles y palés de madera para quemar los implantes mamarios de la víctima (tienen número de serie) y algunos de sus objetos personales, lo que provocó que los vecinos llamaran a los Bomberos. También se encontró un cuchillo con sosa cáustica que pertenecía al restaurante del ya condenado.
Otra de las pruebas de cargo en contra de Román fue una llamada al servicio de Teletaxi y la posterior declaración del taxista que le trasladó de su domicilio en Vallecas a la nave de Usera el domingo 5 de agosto, cuando el jurado determinó que se había producido la muerte de Paz. El trabajador reconoció a Román y también explicó que le ayudó con la maleta, que "pesaba mucho".
Tras el crimen de su exnovia, Román huyó a Zaragoza, donde fue detenido el 16 de noviembre. El empresario había cambiado totalmente su imagen: se había rapado el pelo, llevaba barba y pesaba diez kilos menos. También usaba un nombre falso, José Rafael Rujano, y decía ser de Maracaibo (Venezuela). Su jefa le reconoció en una imagen de televisión después de que se identificara que los restos hallados en Usera eran de Paz y el ahora condenado pasara de desaparecido a sospechoso.
Tras su detención y el juicio, la representación legal del Rey del Cachopo evitó que lo que quedaba de la víctima fuera entregado a la familia. Cinco años después consiguieron enterrar su torso. Ahora puede que recuperen el resto del cadáver de la joven, siete años después de su muerte, si es que las indicaciones de Román son verídicas. "Si de verdad quiere ayudar a terminar con el dolor de la familia, que diga el modo, la firma y el lugar exacto, y yo me comprometo a hablar con la familia para no oponernos a los beneficios penitenciarios que busca", espetaba este martes Alexis Socías, abogado de los Paz.
En cuanto al proceso que se llevará a cabo a partir de ahora, 20Minutos ha podido saber por la Policía Nacional y la Guardia Civil que el caso, al estar ya judicializado, dará pasos adelante en la búsqueda de los restos de la joven en Carranque cuando lo ordene la Audiencia Provincial de Madrid.