La "puerta al inframundo" está debajo de una iglesia de México: el sorprendente hallazgo de un equipo arqueológico

La cultura zapoteca fue una civilización mesoamericana que se desarrolló en los actuales estados mexicanos de Oaxaca, Guerrero, Puebla y Veracruz entre los años 500 a. C. y 900 d. C.. Poco se sabe sobre el verdadero origen de los zapotecos. Los arqueólogos destacan hoy sus terrazas agrícolas y sus construcciones monumentales, especialmente en la ciudad de Monte Albán, y el desarrollo de uno de los primeros sistemas de escritura jeroglífica, otro de numeración y un calendario.

Los zapotecas creían en su procedencia directa desde el cielo, por lo que se llamaban a sí mismos "la gente de las nubes". Como la mayoría de las civilizaciones mesoamericanas, eran politeístas. Su dios principal era Xipe Totec y junto a él tenían otros cinco principales. Uno de ellos era Pitao Bezelao.

Le consideraban el Dios de la Muerte y el Inframundo. También conocido como Pitao Pezelao, Lira Huila o Trece Mono, los misioneros españoles le decían "Principal de los diablos". Los zapotecas le veneraban en ocasión de las enfermedades y la muerte. Le retrataban con la calavera, el murciélago y el tecolote (un búho nocturno), y se le hacían ofrendas con gallinas y copal (una resina aromática).

Mitla, el lugar de Pitao Bezelao

Mitla es una ciudad del sur de México ligada a la cultura zapoteca y a Pitao Bezelao. Allí los zapotecos levantaron un templo sagrado donde veneraban a este dios de la muerte. En el siglo XVI, los conquistadores españoles derrumbaron ese edificio y sobre sus ruinas levantaron la Iglesia de San Pablo Apóstol.

En los últimos años, los arqueólogos del grupo de exploración del Proyecto Lyobaa han estudiado el subsuelo de la iglesia y han descubierto una serie de cámaras y túneles debajo de la ciudad. Lo más reciente de ese trabajo ha sido el hallazgo de una entrada al mundo de los muertos, al inframundo o Lyobaa.

Los expertos del Proyecto ARX han descubierto que ese sistema de cuevas y pasadizos puede ser la entrada "infernal" al también conocido como Templo de Lyobaa. Para hacerlo han seguido la pista apuntada por Francisco Burgoa, un sacerdote que en 1674 narró cómo un grupo de misioneros españoles entró a ese templo en busca de respuestas.

Burgoa contó que esas galerías subterráneas contenían cuatro cámaras interconectadas y que cuando entraron encontraron tumbas de sacerdotes y reyes de Teozepotlan. Según su relato, los reyes eran enterrados "ricamente ataviados con sus mejores galas", con "plumas, joyas, collares de oro y piedras preciosas". Sus cuerpos, por su parte, sostienen "un escudo en la mano izquierda y una jabalina en la derecha, tal y como los usaban en la guerra", describió.

Los reyes eran enterrados ricamente ataviados con sus mejores galas... plumas, joyas, collares de oro y piedras preciosas"

Otras dos cuevas de las que describe contenían una capilla y una cámara funeraria para los sumos sacerdotes zapotecas. La última cámara, dejó escrito Burgoa, conduce a "una habitación oscura y espantosa" donde "arrojaban los cuerpos de las víctimas de los grandes señores y caciques caídos en batalla".

Finalmente, aquellos clérigos exploradores hallaron una puerta de piedra que conducía a una caverna de decenas de kilómetros. Creyeron que habían descubierto una puerta trasera que conducía al infierno. Asustados, decidieron sellar aquel laberinto de túneles.

Buscando a los reyes zapotecas

Ahora, el equipo dirigido por Marco Vigato ha continuado la labor que los misioneros dejaron a medias. Para descubrir los túneles han utilizado una combinación de radar de penetración terrestre, tomografía de resistividad eléctrica y tomografía de ruido sísmico, que les ha permitido crear un modelo en 3D. Si éstos son los túneles de la leyenda, los reyes zapotecas podrían encontrarse en su interior, destaca el Daily Mail.

"Los hallazgos confirman la existencia de extensas cámaras y túneles subterráneos bajo el grupo de la iglesia del antiguo yacimiento, en el mismo lugar que los documentos coloniales y la tradición local reclaman como entrada al gran templo subterráneo de Lyobaa. Algunos de los túneles y cámaras se extienden a una profundidad considerable, más de 15 metros", ha explicado el investigador italiano.

Según Vigato, los zapotecas creían que este sistema de cuevas era una puerta al inframundo. Por esa razón, Mitla fue el centro del culto a Pitao Bezelao, el dios zapoteca de la muerte y el inframundo. Tiempo más tarde, "la iglesia fue construida deliberadamente sobre el templo... Fue una manera de convertir un sitio religioso preexistente y simbolizar el triunfo de la nueva fe", asegura el explorador.

La iglesia fue construida deliberadamente sobre el templo... Fue una manera de simbolizar el triunfo de la nueva fe"

Hasta el momento se desconoce con exactitud la antigüedad de los túneles, pero los expertos señalan que las cuevas naturales de la zona de Mitla han sido ocupadas y parcialmente modificadas por los humanos durante miles de años, informa el diario Excelsior. "Pueden haber sido creados por los zapotecas o ser mucho más antiguos", sugiere Vigato. La búsqueda continúa y el equipo de ARX no descarta encontrar más cámaras subterráneas.

En 2023, un equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) llevaron a cabo una prospección geofísica en ese mismo lugar. Parte también del Proyecto Lyobaa buscaban el mismo laberinto, pero en su caso siguiendo el relato del arqueólogo estadounidense Michael Lind, quien lo escuchó de su compatriota pintor Howard Leigh.

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