Coches amontonados, ríos de barro, escombros y calles completamente inundadas, es la escena caótica en la que han amanecido este jueves decenas de municipios de la provincia de Valencia, tras el paso devastador de una DANA histórica que ya se ha cobrado 155 víctimas mortales en la Comunitat y deja cientos de desaparecidos por las inundaciones. En esta situación, cuando la catástrofe golpea, la solidaridad emerge, y la ayuda espontánea de los ciudadanos ya ha comenzado a tomar forma. Vecinos, amigos y desconocidos están movilizándose para intentar ayudar a quienes lo han perdido todo, sobre todo en la comarca de L'Horta Sud, ayudando en las tareas de limpieza, llevando comida y agua, u ofreciendo sus casas para quienes necesiten un sitio donde pasar estos días.
Sin pensárselo, esta mañana Álvaro ha partido junto a sus amigos desde Rafelbuñol -al norte de la ciudad de Valencia- hasta Paiporta, zona cero de la catástrofe, para ayudar en lo que pudieran. "Hemos aparcado en Vara de Quart, en Patraix (barrio del sur de la ciudad de Valencia), y de ahí, hemos ido andando hasta Paiporta cruzado el cauce nuevo del Turia", explica el joven, de 22 años, a 20minutos. "Hay familias que lo han perdido todo, madres pidiendo comida para sus hijos, personas cogiendo agua del barranco para utilizar el WC, no hay electricidad ni agua... Ha sido literalmente un tsunami".
La huella de las inundaciones es visible en las paredes de las casas de Paiporta, donde el agua ha dejado una marca que recuerda hasta dónde llegó la crecida. "Todavía están sacando a personas mayores que llevan encerradas dos días en sus casas, hay gente tirando puertas abajo", asegura el joven rafelbunyoler a este medio. "Mañana hemos quedado varias personas de mi pueblo para volver y llevar comida, agua y ropa para niños, llevamos reunidos más de 800 euros".
La ayuda ciudadana se ha extendido también a otras localidades de la provincia como Benetússer, donde los voluntarios ayudan a despejar calles, distribuyen alimentos y ofrecen refugio temporal. Fanny Rozalén, vecina de Aldaia, se trasladó hasta Valencia para abastecerse y llevar alimentos a sus amigos en Benetússer. "Salí de Valencia con comida y todo lo que pude. Aquí hay gente que lo ha perdido todo", cuenta a este diario Fanny, que también tuvo que dejar su coche en las afueras de la localidad para poder acceder caminando hasta la zona.
"Es un caos: ambulancias, bomberos, coches de la UME, tractores… He tenido que dejar el coche lejos para no colapsar más, el atasco para llegar es brutal", relata. Justamente, Protección Civil ha enviado por la mañana un SMS a los habitantes de la provincia de Valencia avisando de que evitasen los desplazamientos por carretera para "permitir el trabajo de los profesionales de Emergencias".
Grupos de voluntarios en redes sociales
Para coordinar el altruismo de los vecinos, Laura Merino ha creado un grupo de voluntarios en redes para canalizar la ayuda de forma eficiente: Voluntarios Unidos Valencia. "Hay gente que quiere ayudar y no sabe cómo hacerlo, así que intentamos movilizar a quienes quieran colaborar de manera organizada para que tampoco se impidan los trabajos de los equipos de rescate y sanitarios", aclara a 20minutos. "El caos nos lleva a veces a quererlo hacer todo y no poder hacer nada".
El grupo cuenta con tres chats conjuntos en Whatsapp con más de 1.000 participantes en cada uno, así como una comunidad en Facebook en la que comparten información oficial y desmienten bulos. "La idea es coordinar la ayuda en rescates, donaciones, alimentos, transporte y más, sin interceder en el trabajo de las autoridades. Todos podemos aportar algo, desde difusión hasta apoyo directo", asegura la administradora del grupo, vecina de la localidad valenciana de Silla, en L'Horta Sud.
"Sigue habiendo personas aisladas y que tienen muchísima necesidad. Nos llegan mensajes de familias que están sin comida, que se les agotan los recursos, o que no encuentran a sus seres queridos. Hay mucha gente con buena voluntad, y con esto buscamos coordinar los esfuerzos de la forma más efectiva posible," comenta Laura, convencida de que cada pequeño gesto cuenta para aliviar el sufrimiento de quienes lo han perdido todo.