Naturgy pide "estabilidad fiscal" en plena ofensiva de Repsol y Cepsa contra el impuesto energético y el compás de espera de Iberdrola

En medio del contraataque por parte de Repsol y Cepsa en contra de la intención del Gobierno de convertir en permanente el impuesto a las energéticas y del compás de espera que parece haber puesto Iberdrola hasta que se conozcan los planes concretos, el presidente de otra gran compañía de energía, Naturgy, Francisco Reynés, ha reclamado este martes al Gobierno "estabilidad fiscal" como uno de los elementos claves para que las empresas puedan hacer las millonarias inversiones en energías de "bajas emisiones" que se requieren en los próximos años para sustituir los combustibles fósiles y luchar contra el cambio climático.

La "estabilidad fiscal" es una de las cuatro "condiciones" para "incentivar la inversión a través de un marco estable para el sector de la energía" que ha enumerado Reynés durante la presentación en España del informe de 2024 de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), que ha inaugurado en tanto que actual presidente del Club Español de la Energía, que agrupa a las principales empresas energéticas del país, también a las que en los últimos días se están pronunciado sobre el impuesto permanente que prepara el Gobierno.

Además de "estabilidad fiscal", ha pedido "unidad administrativa" y "seguridad jurídica", entendida como "un marco de tranquilidad jurídica para que puedan hacer inversiones a largo plazo" y para las que necesitan "garantizar el acceso a recursos económicos". En tercer lugar, Reynés ha reclamado "estabilidad regulatoria", muy relacionada con la anterior y con la de tipo fiscal que entronca directamente con la 'guerra' que se ha recrudecido en las últimas semanas, sobre todo por parte de algunas compañías de energía cuyo negocio sigue dependiendo en mayor medida todavía de combustibles fósiles como el petróleo.

Es el caso de Repsol y Cepsa, que en las últimas semanas se han pronunciado en términos muy duros, advirtiendo incluso de la retirada de inversiones en España para llevarlas a otros países como Portugal si el Gobierno persiste en su intención de imponer un impuesto permanente.

En una posición distinta, Iberdrola considera que el nuevo impuesto energético supondría "algo muy menor" en su cifra de negocio, mucho más orientada ya a las energías renovables. Por su parte, Naturgy ha desplegado también en los últimos años un importante negocio en energías renovables pero mantiene también una notable actividad en el campo del gas natural y, por ejemplo, es el socio de la compañía estatal de Argelia, con la que mantiene un contrato de compra de larga duración para importar a España gas desde este país norteafricano, uno de sus principales proveedores.

Los mensajes acerca del nuevo impuesto a las energéticas se multiplican a medida que se acerca el momento en el que, de cara al proyecto de Ley de Presupuestos para 2024, el Gobierno debería concretar el diseño final de un nuevo gravamen que convertiría en permanente el tipo extraordinario que durante dos años iba a gravar el 1,2% de los beneficios de las compañías del sector que facturen más de 1.000 millones como una forma de que contribuyeran a los costes en ayudas de las medidas contra los efectos de la crisis energética. Se creó en 2022, también junto a un nuevo impuesto a la banca, y el año pasado anunció que los convertiría en permanentes, aunque en el caso de las energéticas podrán deducirse inversiones que se consideren estratégicas.

“La inversión en el sector energético español se ralentizará al mínimo. Miles de millones de euros se desviarán a otros países”, advirtió hace unos días el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, en una tribuna en el diario La Vanguardia en la que consideró que impuestos como los que estudia el Gobierno “son medidas populistas que, bajo el mantra del bienestar social, comprometen seriamente el modelo futuro de este país”.

Por su parte, Cepsa anunció el viernes pasado que retrasará inversiones por valor de 3.000 millones en hidrógeno verde que tenía previstas en el llamado Valle Andaluz del Hidrógeno si el Gobierno convierte en permanente el hasta ahora impuesto extraordinario a las compañías energéticas. En el ese caso, advirtió de que "priorizaría su expansión internacional con proyectos que inicialmente habían sido planificados para la segunda fase de su estrategia de transición", en países como Brasil, Estados Unidos, Argelia o Marruecos.

En este escenario de espadas en alto contra el impuesto permanente, llamaron la atención las palabras del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que, frente al tono de Repsol y Cepsa, la semana pasada calificó de "ruido" y "rumores" el debate sobre el nuevo impuesto porque, dijo, "no hay nada concreto" sobre un nuevo gravamen al que, en todo caso, cree que tiene ante sí un proceso "muy largo", con "algunas incertidumbres" en el Parlamento y en el Senado -donde socios del Gobierno como el PNV están en contra-, por lo que, dijo, "no está claro que se vaya a producir".

"Evidentemente, nuestras proyecciones para los próximos años se basarán en lo que sea real", dijo Sánchez Galán durante la presentación de los resultados de Iberdrola en los primeros nueve meses del año, en los que registró un beneficio neto de 5.471 millones, un 50 % más que en el mismo periodo del ejercicio anterior, que atribuyen también al buen comportamiento de la generación renovable.

Naturgy ... pero también mantienen un importante volumen de negocio en sectores como el gas natural y, por ejemplo, es el socio de la compañía estatal de Argelia, con la que mantiene un contrato de compra de larga duración para importar a España gas desde este país norteafricano, que en los

El PP y entidades como la Cámara de Comercio han pedido en los últimos días al Gobierno que abandone su idea de crear un impuesto permanente para las energéticas y para la banca, mientras que el ministro de Asuntos Económicos, Carlos Cuerpo, hizo un llamamiento a la "tranquilidad" de las empresas energéticas y no entrar en "ningún tipo de especulación" sobre los efectos del nuevo impuesto, recordando también que, con el temporal, estas empresas han aumentado sus beneficios. "Nosotros queremos conseguir ese equilibrio, queremos que todos los actores que operan en nuestra economía, ya sean empresas energéticas o las entidades financieras, se sientan a gusto y apuesten por la economía española", dijo el ministro la semana pasada desde Washington.

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