Moncloa ve "inviables" las exigencias de Podemos y enmarca su desafío en la guerra con Sumar

La lucha entre Sumar y Podemos por capitalizar el voto a la izquierda del PSOE está empezando a irritar a la parte socialista del Gobierno. En Moncloa creen que hay posibilidades de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con el voto de sus socios habituales, pero consideran que las exigencias de los morados de bajar un 40% los alquileres y romper relaciones comerciales con Israel son "inviables" y tienen que ver con que "hay mucho protagonismo" en el espacio a su izquierda. Tampoco ven con buenos ojos los últimos movimientos de Sumar, que además de hacer pinza con el PP en dos votaciones en el Congreso, han subido el tono con el PSOE en materia de vivienda y les reprochan el eventual aumento de fondos en educación concertada.

Los últimos ademanes a su izquierda no están cayendo bien en el seno socialista y menos en este momento, en el que ven bastante bien encaminada la negociación para sacar adelante la senda de déficit, un paso previo a los Presupuestos. Aunque no tienen nada cerrado con Junts, que celebra este fin de semana su congreso, por lo que el Gobierno quiere pasar de puntillas para no "condicionar" nada, confían en que después del cónclave posconvergente todo sea más fluido en la mesa de negociación del techo de gasto. Para ello, necesitan avanzar también en las conversaciones con el resto de sus socios, y es ahí donde se están encontrando una dificultad añadida: Podemos.

Los morados lanzan unas exigencias totalmente "inviables" para el Gobierno. Fuentes de Moncloa aseguran que bajar los alquileres un 40% tan siquiera es "constitucional", algo de lo que ellos mismos son conscientes, recalcan. "No puedes obligar a los propietarios a bajar tanto el alquiler", sostienen sobre esta propuesta. La segunda exigencia de los morados, que es romper las relaciones comerciales entre España e Israel, también es totalmente inviable para el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Con todo, fuentes cercanas a la negociación de las cuentas públicas avanzan que existen otras vías para poder pactar con Podemos, a los que, en todo caso, no ven capaces de tirar los Presupuestos si la decisión depende exclusivamente de sus votos.

Con todo, en Moncloa hay enfado con la consulta exprés a sus bases para que la militancia decida si está de acuerdo en condicionar el voto favorable a los próximos Presupuestos de sus cuatro diputados en el Congreso a que el Gobierno acepte sus exigencias. Creen que esto dificulta el proceso y la negociación, aunque ya avanzan una salida: "Una consulta se puede cambiar con otra consulta", apuntan voces autorizadas del Ejecutivo.

Estos posicionamientos de máximos los achacan a que Podemos tiene un "problema de diagnóstico", creen que los Presupuestos no van a salir, por lo que antes de quedar fuera de la negociación por descarte, se anticipan ellos y de paso sacan rédito político a su posición contraria al Gobierno frente a Sumar. Este asunto también molesta en Moncloa, que cree que últimamente hay "mucho protagonismo" en el espacio político a su izquierda, un análisis que también se traduce en un dardo y un aviso a sus socios de coalición.

Aviso a Sumar: "A setas o a Rolex"

También llueven los reproches a Sumar desde Moncloa. Dicen que no entienden el apoyo que prestó su socio de coalición a la toma en consideración de una iniciativa del PP sobre el envío de armas a Ucrania a cambio de recibir los votos populares a un de sus propuestas sobre hipotecas. "No se entiende que pacte con el PP", apuntan desde el Gobierno, que ven "innecesario" este gesto. Es una crítica que lanzan en privado, pero también en público. Quieren que a Sumar le quede claro que este tipo de movimientos resultan "incomprensibles" para los socialistas, según espetó la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, en declaraciones en el Congreso.

Pero más allá de este desplante, el Gobierno se enfrenta a las exigencias de los de Yolanda Díaz para apoyar los Presupuestos. De momento, las conversaciones se están centrando en la fiscalidad, donde Sumar pide una reforma en profundidad y parece que las posiciones están bastante alejadas al respecto. Además, también presiona para obligar a los bancos a tener que ofertar entre sus productos una hipoteca a tipo fijo cuyo tipo de interés estaría determinado por el Estado y sería, en principio, equivalente al que tiene la deuda pública española a 10 años.

Tras ello, el PSOE ya ha lanzado el primer aviso a navegantes: Sumar debe decidir si está "a setas o a Rolex". Una advertencia de Patxi López que resonó en los pasillos del Congreso de los Diputados.

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