El papel del expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero como mediador internacional no termina de convencer a los españoles. Casi la mitad (un 47,8%) cree que su desempeño político en el exterior es bastante o muy negativo, frente a solo el 18,7% que lo ve bien. Por otra parte, uno de cada cuatro ciudadanos no considera su labor ni buena ni mala.
Zapatero, muy vinculado a Venezuela y que reconoció recientemente que había mediado para que el líder opositor del país, Edmundo González, saliera en dirección a España, es especialmente criticado por las formaciones de la derecha, más incluso por el PP que por Vox. Casi ocho de cada diez votantes de Alberto Núñez Feijóo (un 79,7%) ven desfavorable el rol del expresidente en América Latina, una cifra que cae al 71,4% en el caso de los que optaron por el partido de Santiago Abascal en las últimas elecciones.
Aunque entre las filas socialistas y las de Sumar son más proclives al trabajo de Zapatero fuera de nuestras fronteras, casi el 20% de los electores del PSOE no ven con buenos ojos esta actividad (19,5%), un porcentaje que aún es mayor en el caso de los simpatizantes de la coalición de Yolanda Díaz (26,4%).
A pesar de que los votantes de Pedro Sánchez son los que, lógicamente, más apoyan al expresidente en sus viajes al extranjero (casi uno de cada cuatro los califica como bastante o muy positivos), sorprende también la alta cifra de votantes socialistas que están dubitativos y opinan que ni suman ni restan: un 36%, un porcentaje mayor al de los seguidores de cualquier otro partido.
La crisis desatada en Venezuela tras las elecciones del 28 de julio, en las que el presidente, Nicolás Maduro, se proclamó como ganador entre acusaciones de fraude por parte de la oposición, puso de nuevo en el foco a Rodríguez Zapatero, que acudió a los comicios en calidad de observador.
Tras dos meses de silencio, en los que evitó hablar del resultado electoral, el expresidente reapareció en España en la presentación de un libro a finales de septiembre. Entonces insistió en que no iba a valorar lo ocurrido, pero sí reconoció que ayudó para que Edmundo González pudiera viajar hasta España para pedir asilo. Una salida que también se tiñó de polémica tras conocerse que el político había sido coaccionado por líderes chavistas en la embajada española en Caracas y de las que el Gobierno español se desvinculó.