El pasado jueves, el futbolista italiano Michael Liguori fue condenado a tres años y cuatro meses de prisión por el abuso sexual de una menor de 14 años sucedido el 5 de julio de 2018, cuando el deportista tenía 19 años. A pesar de la condena, el delantero continúa entrenando y jugando con su equipo, el Padova, líder de la tercera categoría del calcio.
Liguori, en aquel momento jugador del Notaresco, y un amigo suyo quedaron con dos chicas menores de edad en Alba Adriatica, en Teramo. Según la reconstrucción de la acusación, el futbolista y su amigo se alejaron de los espacios concurridos y forzaron a las chicas, de 14 y 15 años, a mantener relaciones sexuales no consentidas. El jugador y su defensa, que apelaron la sentencia, negaron esto último y siempre afirmaron que los actos fueron consentidos.
Las menores de edad acudieron inmediatamente a denunciar lo sucedido a las autoridades y durante el proceso judicial declararon ante el Tribunal: "Le dije que no, él siguió adelante de todos modos", dijo la joven, ahora de 20 años, que asegura haber sido abusada por Liguori, tal y como figura en los documentos oficiales de la investigación, desvelados por varios medios italianos.
La sentencia del Tribunal de Teramo que le proclamó culpable se hizo oficial el pasado jueves 10 de octubre, dos días antes de que el Padova jugara ante el Giana Erminio en Serie C. Ese mismo día, en el que se conoció la sentencia de culpabilidad en primera instancia de Liguori, el club emitió un comunicado avisando de que hasta que la sentencia no fuera definitiva y en última instancia continuaría contando con el jugador.
"El Calcio Padova conoció la noticia relativa a la sentencia de primera instancia relativa a su jugador Michael Liguori. El presidente Francesco Peghin y la directora ejecutiva Alessandra Bianchi han declarado que la empresa no expresará ningún tipo de valoración sobre el asunto hasta que la Justicia se haya pronunciado con una sentencia firme en última instancia", fue el comunicado emitido.
De hecho, Liguori saltó al campo 32 minutos en la victoria ante el Giana Erminio que mantiene al Padova líder de su grupo en la tercera categoría del fútbol italiano. El caos y la decisión del club de no apartar al jugador ha generado la polémica en Italia, en especial en la ciudad de Padua.
"Ante una sentencia tan dura, incluso en primera instancia, el club podría y debería haber enviado un mensaje diferente, al menos mostrando una mayor sensibilidad no sólo hacia la presunta víctima, sino también hacia el contexto cultural que, difícilmente, se está tratando de construir. Un contexto donde se debe prestar cada vez mayor atención al tema de la violencia de género y los feminicidios", dijo Chiara Gallani, una concejal del Ayuntamiento de Padua, criticando la decisión del club de su municipio.
Por el momento, Liguori podrá también seguir jugando con normalidad pese a la polémica, hasta que el caso llegue a un nuevo juicio en el que se dicte una sentencia firme y en última instancia que le declare definitivamente inocente o culpable de los abusos sexuales que se le acusan sobre la menor de 14 años cuando el tenía 19.