Manolo Orantes recuerda su épica victoria en el torneo maldito para los españoles: viajó solo y ganó una final que no se retransmitió

La derrota de Carlos Alcaraz en el primer partido de las ATP Finals ante Casper Ruud (1-6/5-7) y la enfermedad que lastra al joven tenista le pone muy cuesta arriba la misión de conquistar un título 'maldito' para los tenistas españoles. Solo dos lo han logrado hasta ahora, el último Álex Corretja (en 1998), después de que Manuel Orantes, el pionero, alcanzara el hito en dobles en 1975 y en individual en 1976.

Ahora, con la disputa de la Copa de Maestros en marcha, el granadino afincado en Barcelona atendió este lunes a la llamada de 20minutos para recordar la hazaña, un triunfo del que se cumplen ahora 48 años.

"Tengo recuerdos fantásticos", asevera un tenista que participó en una de las primeras ediciones del hoy prestigioso torneo. "Ya entonces, cuando surge la idea de jugar el Masters con los ocho mejores del año, era una competición increíble, de mucha calidad y que nos abría muchas oportunidades", asevera.

En su caso, forjado en las pistas de tierra batida como la gran mayoría de tenistas españoles de la época, se enfrentaba a un reto prácticamente imposible. "En pista rápida (sobre la ya extinta superficie de moqueta) y cubierta no era de los favoritos, en esa época los tenistas éramos especialistas en diferentes superficies y a mí me tocaba jugar contra Connor, McEnroe...", rememora sobre una dificultad añadida que todavía permanece ligeramente en el ADN del tenista español.

Allí, en Houston, a 2600 kilómetros de la pista neoyorquina donde un año antes había conquistado el US Open, Orantes arrancó la lucha por el título con una derrota, como Alcaraz en esta edición. "Me tocó contra Wojtek Fibak en el primer partido, un partido duro, que me ganó, pero como conseguí vencer los otros dos partidos pasé a semifinales. Allí vencí a Harold Solomon y me volví a encontrar en la final con Fibak", recuerda. Lo que ocurrió en aquel duelo ya es historia.

El partido empezó muy cuesta arriba para el español, que llegó a verse con dos sets a uno en contra y con 4-1 abajo en el cuarto. Pero a continuación llegaría una anécdota para la historia. "En aquella época, en los descansos preguntaban a gente del público sus sensaciones del partido, y la pregunta le tocó al actor Kirk Douglas, que estaba sentado junto a su mujer detrás de mí. Entonces su mujer (Anne Buydens), cogió el micrófono y dijo: 'Kirk, no lo tiene muy claro, pero yo sí, porque yo vi la remontada de Orantes del año pasado en el US Open y no tiró la toalla. Creo que todavía tiene opciones'. Yo lo escuché y me hizo mucha ilusión y se lo agradecí con un gesto... luego pasó lo que pasó", dice todavía con emoción.

Lo que te hace pasar a la historia es ganar a los mejores

5-7, 6-2, 0-6, 7-6 (1) y 6-1 fue el resultado final. El trofeo viajaría por primera vez a España muchos años antes que Corretja lo reconquistara. "Fue una satisfacción enorme, algo parecida a la que sentí cuando lo ganó Álex, al que yo había ayudado cuando era niño. Eso sí, me hubiera gustado ver algo más de ilusión al volver a España, que la prensa y la gente y le hubieran dado euforia ensalzando tener al primer jugador que lo había hecho, pero no se hizo mucho", destaca un jugador que en varias ocasiones clama contra la mala memoria del tenis español con sus leyendas.

La magnitud de la gesta de Orantes es inapreciable para muchos, pues lo cierto es que llegó, además, en un momento de cambio con la llegada de la 'Era Abierta' que elevó el tenis a otro nivel y sentó las bases de lo que es hoy en día. "Cada vez había más grandes campeones, competías cada vez más contra los mejores, y conseguir eso en esa época fue una gran ilusión. No es una crítica, porque Manolo Santana ha sido muy grande, pero cuando habla de sus títulos de Wimbledon, Roland Garros... claro, él no competía constantemente con los diez mejores (Rod Laver, Gimeno...). Si en los 70, en esos diez años, me hubieran quitado a Borg, Connors, Vilas... imagínate qué diferente hubiera sido. Eso sí, al final lo que te gusta más y te hace pasar a la historia es cuando ganas ante los mejores", zanja al respecto.

"Yo viajaba solo, sin médico ni entrenador. ¡Imagínate como eran esos tiempos! Cuando viajé a Wimbledon por primera vez con 17 años nunca había visto una pista de hierba antes y no paraba de caerme. De hecho, mis finales del US Open del 75' y la de Masters del 76' ni siquiera se televisaron en España", señala sobre el momento del tenis que le tocó vivir antes de valorar las opciones que ahora tiene España gracias a Alcaraz.

Ahora, en un tenis "más profesionalizado y más igualado", donde las ATP Finals son un espectáculo estratosférico, España cuenta con Alcaraz como gran baza para devolver el trofeo a España. Orantes, el pionero, le da 'su bendición': "A Nadal, como especialista en tierra, siempre le ha costado más. Alcaraz lo tiene todo técnicamente, para mí, ahora él es el favorito junto Sinner", asevera en el momento en el que Alcaraz todavía disputaba su partido ante Ruud del lunes.

El murciano, gran esperanza en el cuadro individual —junto con un Granollers que lucha por el título en el cuadro por parejas— deberá ganar 'a la épica' los dos partidos que le quedan (Rublev y Zverev) para soñar con acercarse a un título que no ha vuelto a las vitrinas de un tenista nacional en los últimos 25 años.

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