Una interfaz cerebro-ordenador permite jugar a un videojuego a una persona con parálisis

Un equipo científico ha implantado en una persona con parálisis una interfaz cerebro-ordenador capaz de detectar y descodificar los movimientos de los dedos, lo que le ha permitido, gracias a su grado de precisión, jugar a un videojuego.

Los detalles de este experimento se publican en la revista Nature Medicine, en un artículo liderado por investigadores de las universidades estadounidenses de Stanford y de Michigan, quienes recuerdan que entre las personas con parálisis sigue habiendo necesidades insatisfechas de actividades sociales y de ocio, como los videojuegos.

Los investigadores, entre ellos Matthew S. Willsey, Francis R. Willett y Jaimie M. Henderson, desarrollaron una interfaz cerebro-ordenador capaz de registrar continuamente los patrones de actividad eléctrica de múltiples neuronas del cerebro para traducir movimientos complejos.

Estas interfaces cerebro-ordenador se han reconocido como una posible solución para la recuperación motora, pues podrían ayudar a desarrollar actividades como teclear, tocar instrumentos musicales o utilizar un mando de videojuegos.

La interfaz se implantó quirúrgicamente en aquella región cerebral responsable del control de los movimientos de la mano, en una persona con lesión de la médula espinal a nivel cervical y pérdida casi total de la función motora tanto de las extremidades superiores como inferiores.

Mientras el participante observaba una mano virtual que realizaba diversos movimientos, se registró su actividad neuronal. Después, los investigadores utilizaron algoritmos de aprendizaje automático para identificar las señales vinculadas a movimientos específicos de los dedos.

Usando estas señales, el sistema fue capaz de predecir con exactitud los movimientos de los dedos, permitiendo al participante controlar tres grupos de dedos muy distintos, que incluían movimientos bidimensionales del pulgar, en una mano virtual. A continuación, los autores ampliaron la aplicación de este control de los dedos a un videojuego.

Para Eduardo Fernández, director del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche, el estudio está "bien diseñado" y es de gran calidad. Los investigadores implantaron un total de 192 electrodos en el hemisferio cerebral izquierdo de la persona, explica este investigador -que no participa en el trabajo-.

"El estudio presenta un avance significativo en el campo de las interfaces cerebro-computadora al lograr la decodificación continua de movimientos de dedos con un alto grado de libertad. El futuro es esperanzador", declaró. Sin embargo, esta investigación se ha realizado en una sola persona, por lo que todavía son necesarios más estudios, según Fernández.

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