El combate de boxeo más esperado del año no fue lo imaginado. La leyenda Mike Tyson regresó al ring para caer ante el youtuber Jake Paul y pasarse gran parte de la pelea mordiendo su propio guante mientras protegía su rostro.
Ese gesto llamó la atención de aficionados y periodistas desde el primer momento. De hecho, en la retransmisión de Netflix ya debatieron si se trataba de una acción común de Tyson en sus combates o simplemente era algo nuevo en él.
Para salir de dudas, el boxeador estadounidense fue preguntado por ello en la entrevista en el ring y no dejó a nadie indiferente con su respuesta, cargada de ironía y recuerdos hacia su juventud.
"Tengo la costumbre de morderme los guantes, tengo una fijación con las mordeduras", afirmó entre risas el que fue campeón mundial indiscutible de peso pesado de 1987 a 1990. Así, hacia referencia a aquella vez que en 1997 mordió la oreja a Holyfield.