Todos somos Estado. Desde el Ayuntamiento del más pequeño de los municipios de España al Gobierno de la nación. Entre uno y otro, diputaciones, mancomunidades y administraciones autonómicas, a las que hay que añadir sus servidores públicos: médicos, bomberos, policías, guardias civiles, militares, maestros o administrativos. Y todo ello sustentado sobre un pilar fundamental: la indispensable contribución de la ciudadanía para la construcción de un estado del bienestar fuerte y solidario, capaz de dar la esperanza de un futuro a los damnificados por la DANA en la mayor catástrofe climática que ha vivido nuestro país.
Todos somos Estado. También el pueblo. O, mejor dicho, la ciudadanía. Juntos facilitamos como nación la oportunidad de empezar de nuevo a quienes lo han perdido prácticamente todo. El pueblo no puede hacerlo solo.
Nuestro sistema democrático es el que ha permitido al Gobierno de España movilizar 14.373 millones de euros para responder con agilidad y en una primera fase a las necesidades más inmediatas de las familias y sus hogares, de los trabajadores, empresas, autónomos y ayuntamientos afectados por esta dura tragedia. Si hablamos de recursos humanos desplegados, son más de 18.000 miembros de Fuerzas Armadas, entre ellas UME, y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a quienes agradecemos y reconocemos una entrega admirable para tratar de restablecer lo antes posible la normalidad.
A todos nos ha enorgullecido y emocionado ver en acción a la España solidaria que somos, como la imagen de miles de voluntarios llegando a Valencia para dar lo mejor de sí mismos. Sabemos que la reconstrucción total no es cuestión de semanas o pocos meses. Será necesaria una intervención profunda que puede durar años. Decaerá la presencia informativa, habrá una vida propia que atender. Pero cuando los focos se apaguen, el Estado seguirá ahí.