El debate sobre el colecho, la práctica que se extiende entre las familias españolas: "Hay que hacerlo con cuidado"

El colecho es una práctica en auge en España. Solo hay que echar un vistazo a las cifras para darse cuenta: según un estudio publicado en la revista Pediatría Atención Primaria, el 34% de las familias deciden dormir junto a sus hijos durante la crianza, un dato que en el año 2000 se situaba en torno al 5%. Así lo asegura también Rafi López, psicóloga y codirectora del Centro de Estudios del Sueño Infantil, quien afirma que cada vez más padres deciden compartir cama con sus niños: "Hay más información y muchos eligen desde el primer momento dormir juntos".

En este sentido, se pronuncia también el doctor Oscar Sans, coordinador del grupo de pediatría de la Sociedad Española del Sueño (SES), quien asegura a 20minutos que, aunque el colecho es una cuestión cultural, existen casos en los que se comparte cama con los hijos para "sobrevivir", lo que se conoce como colecho reactivo. "Muchas familias cogen a ese niño que se despierta muchas veces y lo ponen a dormir con ellos porque así es más fácil", explica el doctor. Eso mismo es lo que ocurrió en la familia de Santiago Labayen, un joven guipuzcoano de 20 años que, tras meses de noches malas, durmió junto a sus padres hasta los 10. "Era más sencillo dormir en su cama", explica.

Pero ¿es el colecho una buena solución? Según los expertos consultados, esta práctica provoca grandes beneficios en los más pequeños. Rafi López, psicóloga especialista en sueño infantil, recalca que permite que las noches sean "más relajadas, tengan menos interrupciones y, si estas se dan, se resuelvan en segundos". Guadalupe, madre que compartió cama con sus tres hijos, destaca que al hacer colecho "los niños duermen más, descansan mejor y el apego es mayor y más sano".

"Es sentido común"

Aunque la mayor parte de la comunidad científica destaca las ventajas de esta práctica, los expertos coinciden en que es fundamental seguir diversas normas de seguridad para evitar problemas. "Hay que hacerlo con cuidado. Es sentido común, ya que la infancia es muy larga, especialmente cuando los niños son muy pequeños", advierte López.

Una de las mayores preocupaciones de los padres que lo practican es el síndrome de la muerte súbita del lactante. El doctor Sans aclara las pautas que se deben seguir para evitar esta condición: "Por ejemplo, si la superficie del colchón es demasiado blanda, si los padres están muy cansados, si estos han consumido alcohol o si son fumadores".

Prejuicios persistentes

Sin embargo, el colecho, a pesar de ser una práctica universal, está rodeado de gran cantidad de prejuicios. La principal polémica es la edad a la que se debe finalizar el sueño compartido, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es a los seis meses. El doctor Sans aclara que esta recomendación se debe a que a esa edad ya se ha regulado la secreción de la melatonina: "Esta sustancia regula nuestro reloj central, el que nos dice que es de noche, y nos ayuda a coger el sueño".

Muchas familias, no obstante, lo siguen practicando mucho tiempo después. Sobre esto, los expertos destacan que no hay una edad "obligatoria" en la que se deba dejar de compartir cama y que lo más importante es "respetar lo que quieren las familias". "Lo ideal sería que dentro de los primeros años de vida el niño aprenda a dormir solo, porque esto redunda también en el descanso nocturno y así se vuelven más independientes", explica el doctor Sans.

Este consejo choca, sin embargo, con la experiencia de muchas familias que deciden compartir cama con sus hijos hasta una edad más avanzada. Uno de esos casos es el de Santiago Labayen, el joven que durmió junto a sus padres hasta los 10 años. "Durante un viaje a China, en el que compartí cama con mi padre, me acostumbré y al volver no era capaz de dormir sin él", recuerda. Para el doctor Sans, sin embargo, esta edad, va "un poco más allá" de lo recomendable. "Dentro de los primeros años de vida, sería ideal que aprendieran a dormir solos, ya que así el descanso nocturno es mejor para todos. Por ejemplo, los padres a veces ven cosas que el niño hace durmiendo, que son normales, pero que les acaba preocupando y despertándoles por la noche, precisamente porque comparten cama", explica el doctor.

Los prejuicios sobre esta práctica han ido disminuyendo con el paso de los años, aunque todavía persisten. Rafi López, psicóloga del Centro de Estudios del Sueño Infantil, comenta que hay profesionales de la salud "que no se han actualizado". Aunque el doctor Sans destaca que, en ocasiones, esta práctica puede afectar a la independencia de los pequeños: "Muchas veces ese niño ya no va a dormir a casa de otros amigos, ya no se va de campamento, para evitar que los demás vean esa necesidad que tiene de dormir con sus padres". Con la psicóloga López coincide Guadalupe Viejo, madre que ha realizado colecho con todos sus hijos: "He aprendido que si a mí me funciona, están mis hijos a gusto y yo a gusto, me importa muy poquito lo que diga el resto de la gente. Es una decisión muy personal".

Separación "gradual y sin llantos"

Ahora bien, la siguiente gran pregunta gira en torno a cómo se debería gestionar el fin del colecho cuando los niños crecen y llega el momento de la temida separación. Este proceso puede ser complicado y muchos deciden acudir a profesionales para tratar de facilitar la transición. El coordinador de pediatría de la SES subraya que este cambio tiene que "ser gradual, progresivo, sin nervios, sin llantos y sin ningún tipo de imposición". "Lo más importante es no hacer nada que la familia no quiera hacer", declara.

Los especialistas explican que, en caso de utilizar técnicas en las que se ignora el llanto del bebé durante las primeras noches de separación, los niños podrían sufrir daños psicológicos. La psicóloga Rafi López asegura que se toman medidas "estresantes en las que se deja al bebé llorar, llorar y llorar. El niño no entiende por qué si los padres le han estado atendiendo hasta ahora, por qué a partir de las diez de la noche no se le atiende".

Si existen casos en los que los padres "lo hacen de libro", pero las malas noches continúan, lo recomendable es acudir a un profesional para descartar que el niño padece alguna patología del sueño. El doctor Sans explica que "lo primero es tratar el porqué se despierta. Es fundamental hacer la historia clínica del paciente y descartar que existan causas biológicas que provocan el despertar".

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.