Más de un tercio de los niños de entre tres y nueve años padecen exceso de peso. Según la última publicación del Estudio Aladino 2023 sobre Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad, un 36,1% de los menores de esa franja de edad sufren, al menos, sobrepeso, unos datos preocupantes que deben paliarse a través de la educación en hábitos saludables.
Los niños obesos presentan un mayor riesgo de ser adultos obesos, de padecer diabetes tipo 2 y de sufrir enfermedades cardiovasculares. “Limitar el ocio sedentario a un máximo de 1,5 horas al día y dormir entre ocho y diez horas resulta crucial, pero para ello no debemos olvidar que en todo este proceso educacional es fundamental la participación de la familia y el colegio”, explica el jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, especialista en endocrinología pediátrica, el Dr. Rafael Espino.
Además de en la educación, el especialista insiste en que “no todas las obesidades son iguales”, aunque la más común con diferencia es la obesidad exógena. Se trata del tipo de obesidad en la que se consumen más calorías de las que se gastan, consecuencia del sedentarismo y los malos hábitos.
Detectar a tiempo el exceso de peso es capital para poder revertir el problema en sus etapas iniciales, máxime cuando la acumulación excesiva de grasa muestra una tendencia a “persistir en la vida adulta”, señala. Una alimentación variada y evitar errores nutricionales, suprimiendo para ello la bollería industrial, chucherías, bebidas azucaradas y productos ultraprocesados ayudará a las familias a disminuir la frecuencia de este tipo de problemas en los menores.
Objetivos vitales
Una dieta que cuente con verduras y fruta a diario y productos frescos y de proximidad son un gran aliado para reducir o evitar el sobrepeso infantil: “Evitar los excesos y no tomar lo innecesario es el hábito esencial para prevenir la obesidad. Las dietas restrictivas, estrictas y desequilibradas no deben emplearse en la infancia”, declara el doctor.
“Las dietas restrictivas, estrictas y desequilibradas no deben emplearse en la infancia”
Otra de las prioridades en la rutina de un niño debe ser la actividad física, “debiendo de instaurarse de manera progresiva, individualizada y divertida”, puesto que con una restricción calórica se alcanza la pérdida de peso o su mantenimiento, añade el Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa.
Nutrición sana
Existen múltiples recomendaciones para procurar que los niños se alimenten de manera adecuada y adopten un estilo de vida saludable. Pautas sencillas como planificarse los menús a tiempo, evitar comer viendo la televisión, ofrecer alimentos nuevos en pequeñas porciones o evitar el abuso de aperitivos o snacks permiten cuidar de los más pequeños sin que suponga una fuente de estrés para los mismos.
“El éxito de la lucha contra el exceso de peso está en nuestra voluntad de combatir un enemigo que poco a poco dañará nuestra salud y nos vencerá si no nos enfrentamos a él con firmeza y compromiso. El triunfo comienza por plantar batalla a nuestro peor enemigo, los malos hábitos”, concluye el Dr. Rafael Espino.