Hace cinco años se confirmó el primer caso de covid-19 en España. Fue el 31 de enero de 2020, a última hora de la noche, cuando el Centro Nacional de Microbiología confirmaba el primer positivo de coronavirus en un turista alemán en la isla canaria de La Gomera, de apenas 20.000 habitantes. Entonces nadie esperaba que esa enfermedad fuera a provocar más de 100.000 muertos en el país, la declaración del estado de alarma o semanas de confinamiento.
El 30 de enero de 2020 Canarias aisló en el Hospital de La Gomera, por recomendación del Gobierno alemán, a un grupo de ciudadanos alemanes después de que dos de ellos estuvieran en contacto antes de viajar a la isla con un positivo. La Consejería de Sanidad activó el protocolo pertinente y envió las muestras al Centro Nacional de Microbiología, dependiente del Instituto de Salud Carlos III, ya que entonces las muestras solo podían analizarse en Madrid.
Un día después, se confirmaba que uno de los turistas alemanes había dado positivo, convirtiéndose en el primer caso de coronavirus en España, aunque no presentaba síntomas. Al día siguiente, compareció Fernando Simón, entonces director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, y explicó que el hombre presentaba "un cuadro leve". Las autoridades sanitarias empezaron a hacer seguimiento a las personas con las que podía haber tenido contacto en la isla, así como con las que había coincidido en su trayecto hasta allí.
"El primer caso lo vivimos como una anécdota"
La entonces directora del Servicio Canario de la Salud (SCS), Blanca Méndez, ha recordado las primeras impresiones tras el positivo del turista. "El primer caso lo vivimos como una anécdota, como una experiencia que podría servirnos incluso en positivo y con algo de risas sobre la casualidad que suponía que precisamente hubiese sido en un lugar como La Gomera", ha Méndez trasladado a Efe.
"Ahí no sentimos presión más allá de los nervios iniciales para garantizar que el afectado estuviera bien atendido en un hospital que era de tercer nivel. Nos preocupaba que no hubiese respiradores o especialistas, pero previmos el traslado de efectivos desde Tenerife por si empeoraba", ha rememorado Méndez.
El entonces jefe de servicio de Epidemiología del Servicio Canario de la Salud, Domingo Núñez, informó junto al expresidente canario, Ángel Victor Torres, y la exconsejera de Salud, Teresa Cruz, de que el resto del grupo en cuarentena seguía asintomático y en observación. Finalmente, el alemán recibió el alta dos semanas después, el 13 de febrero, y sus compañeros nunca llegaron a dar positivo.
La Policía Canaria llegó a enviar a La Gomera a cuatro agentes para tener a los turistas vigilados las 24 horas, con la peculiaridad de que todos ellos hablaban alemán. "Nos interesaba mucho hablar con ellos, sin intermediarios, y conocer sus sensaciones, cómo evolucionaban", ya que sabían que en el "futuro inmediato" iba a haber más contagios, ha explicado el exdirector general de Seguridad y Emergencias, Gustavo Armas.
Tal y como ha señalado el enfermero del SCS que coordinó los equipos de rastreo durante la pandemia, Aarón Plasencia, el modus operandi empleado con el alemán serviría para definir más adelante los protocolos de los rastreadores que trabajaron durante la pandemia y que, en los picos, llegaron a ser unos 100. "Los expertos epidemiológicos nos hacían recomendaciones que variaban en cuanto se tenía más información sobre el comportamiento del virus. En base a eso se decidía a quién había que rastrear en el caso de los aviones, por ejemplo", ha añadido.
Españoles repatriados de Wuhan
Además de en La Gomera, aquel viernes 31 de enero las miradas también estaban puestas en Madrid, en concreto en la base aérea de Torrejón de Ardoz. Allí tenía previsto aterrizar el primer avión con una veintena de españoles repatriados de Wuhan, la mayoría técnicos que trabajaban para el equipo de fútbol local Wuhan Three Towns. Escoltados por una gran comitiva policial, los españoles fueron trasladados desde el aeródromo madrileño al Hospital Militar Gómez Ulla de la capital, donde tuvieron que hacer una cuarentena de catorce días. Ninguno de ellos dio positivo en ese tiempo.
Justo un mes antes, las autoridades de Wuhan habían informado de 27 casos de una neumonía desconocida tras haber visitado el mercado de animales de esa localidad. Pocos días después se puso nombre al culpable de la infección: el SARS-CoV-2. En ese mes de enero, desde el Ministerio de Sanidad del recién llegado Salvador Illa aseguraron que el riesgo de que el virus llegara a España era "muy bajo" y que en el caso de que lo hiciera, el país estaría preparado.
A un ritmo frenético, las noticias llegaban de cada vez más cerca. Durante semanas se registraron más casos en varios países europeos, todos ellos importados, sobre todo en Italia, donde se disparó la enfermedad y se convirtió en fue la primera nación de Europa en establecer un confinamiento total de la población. En los días siguientes se suceden los casos de afecciones respiratorias sospechosas que luego se descartan como contagios de coronavirus.
