Las 'bajas flexibles' crean controversia en la calle: del "a mí me vendría bien" al "si estás enfermo, no rindes"

Ni blanco ni negro. Ni alta ni baja. La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, planteó este jueves una reforma del sistema de incapacidad temporal, comúnmente llamadas bajas laborales, para dar "mayor flexibilidad y a estudiar casos en los que una incorporación gradual al trabajo pueda suponer una mejora en la recuperación". Un alta parcial que permitiría trabajar unas horas a los trabajadores de baja, siempre y cuando estos quieran y se garantice su salud y seguridad, añadió la ministra socialista.

La propuesta ha sido rechazada por la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz: "No hay más opciones ni razones. Ni flexibilidad, ni parcialidad, con la salud no se juega". La ministra de Sanidad, Mónica García, médico de profesión, sí se ha abierto a "sondear esa posibilidad", pero siempre desde criterios médicos y "priorizando la salud".

Este periódico ha querido conocer la opinión de la ciudadanía sobre este tema. A pie de calle, las personas preguntadas por 20minutos se han mostrado a partes iguales favorables o contrarias a esta flexibilización, si bien han recalcado que depende de la situación personal y laboral de cada persona, al tiempo que han pedido más apoyo psicológico. "Siempre que sea por voluntad propia, no me parece mal. He escuchado a médicos de Primaria que dicen que puede ser beneficioso para las personas que así lo quieran, sin obligar, por supuesto. No creo que sea abrir una puerta a un posible retroceso en derechos laborales, considero que es bueno siempre que sea voluntario", ha declarado José María, de 43 años.

Ventura, que está jubilado ya y tiene 68 años, responde mientras da un paseo con su perro: "Si estás de baja, estás de baja. No tienes porqué empezar a trabajar. Empezaría a trabajar cuando me encontrara bien, si no lo estoy, ¿por qué me voy a dar de alta? La baja tiene que ser baja, y punto", zanja.

El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, señaló que las bajas flexibles son una medida que, "bien implementada, y con el trabajador en el centro, puede ser beneficiosa". Para la mano derecha de la ministra de Sanidad, un ejemplo lo constituiría un paciente con baja de nueve meses por un proceso de ansiedad generalizada o depresión mayor, al que incorporarse de forma completa desde el inicio puede suponer mayor daño sobre su recuperación que hacerlo de forma parcial y paulatina.

Para Ayesha, de 43 años, "depende de cada caso y de cada persona, porque todos necesitamos unos tiempos distintos. Y del tipo de trabajo. En mi caso, creo, necesitaría todo el tiempo que pudiese sin reincorporarme al trabajo. Además, muchos de los casos de depresión están relacionados con el trabajo, así que no sé cuán beneficioso sería reincorporarse poco a poco"

No muy lejos pasea una pareja de amigas. Una de ellas es Paloma, que tiene 66 años, y defiende que "el médico y el paciente son quienes tienen que tomar la decisión de dar el alta o seguir de baja". Ella, en esa situación, asegura que "esperaría a estar al 100% para ir trabajar. No estaría medio mal y medio currando. O estás enfermo o estás bien. Eso de un pie en el puerto y otro en el barco no lo veo".

En cambio, Sara, de 50 años, cree que "es muy buena idea porque llevo dos años sin poder trabajar por dos operaciones de columna, tengo un problema degenerativo. Yo era fija discontinua en una subcontrata de la EMT y ahora intento volver pero menos horas, aunque todo está suspendido y ahora estoy sin poder incorporarme ni cobrar nada. A mí me vendría muy bien porque por las dos operaciones de columnas no puedo estar ocho horas para arriba y para abajo pero, por ejemplo, cuatro horas sí podría hacerlo y me vendría muy bien a nivel de cabeza. Yo lo veo muy bien pensado".

Todo lo contrario opina Antonio, que tiene 67 años y se muestra tajante al salir de su centro de salud: "Me parece mal. Cuando está de baja, está de baja. Y cuando está trabajando, está trabajando. Para mí es más importante la salud que el trabajo. Además, si estás enfermo, no rindes", agrega.

María Luisa, que ya está jubilada, declara que hay que ser "muy fuerte" para tener ánimo de ir a trabajar después de haber sufrido un cáncer. Para ella, todo depende del ánimo de cada persona. Por ello, primaría la ayuda psicológica de los pacientes y trabajadores de baja durante un periodo prolongado. "Considero que estas personas necesitan ayuda psicológica, que no la hay. En ese caso, seguramente sí podrían reincorporarse al trabajo poco a poco", afirma.

En otra etapa de la vida se encuentra Alejandro, que tiene 26 años. "Si se utilizan adecuadamente y siempre que sea a favor del trabajador, estoy de acuerdo". El joven se muestra a favor de la medida y, en el caso de estar de baja y tener la opción de reincorporarse parcialmente, cree que sería "una buena forma de coger el ritmo del trabajo, sería correcto empezar poco a poco hasta que coges el hábito. Estaría bien", termina.

"Si es trabajador quiere, ¿por qué no? Hay veces que les ayuda anímicamente a recuperarse y a no sentirse tan apartados y tan decaídos. Pero si no puedes porque no te encuentras, lo veo excesivo. Depende del trabajo que tengas, quizá en una oficina no sea tanto, pero en una obra o limpiando, no me parece bien si se le obliga", opina Ana Isabel durante una pausa en su trabajo como empleada de la limpieza.

Mercedes (62 años), que sale de su casa con el carrito de la compra, coincide con Ana Isabel. Asegura que "para determinadas personas puede ser beneficioso por salir del mundo de la enfermedad y volver al ámbito laboral y a socializar". En este sentido, recuerda el caso de una conocida que tuvo un cáncer de mama y "quería trabajar". "Habrá gente que no [quiera la reincorporación progresiva]. Yo creo que será 50-50", concluye.

La opinión de los médicos de familia

Por su parte, el portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y miembro del Grupo de Salud Mental, Lorenzo Armenteros, ha explicado a EFE que el "alta flexible o parcial" tiene una supervisión médica y admite la posibilidad de incorporarse a la actividad laboral si el trabajo se adapta a sus condiciones de salud física o emocional o contribuye a su mejora.

"Es diferente una persona con una depresión mayor o una persona con una fractura de calcáneo, ya que esta última podría hacer desde casa un trabajo parcial pero el que tiene depresión mayor posiblemente no tiene alternativa", precisa. No obstante, en caso de ser una depresión mayor en curación o en remisión se podría hacer una adaptación parcial a su actividad, reversible si el proceso no mejora: "Eso tiene que ser valorado por un médico", asegura.

Armenteros considera "una frase errónea" que en esa reforma de las bajas laborales que plantea el Gobierno se aluda, en concreto, a los pacientes con cáncer. El portavoz de la SEMG recuerda que "el cáncer en sí no es una enfermedad, son múltiples tumores con muchas afectaciones y situaciones que generan un proceso invalidante a nivel físico y emocional", por lo que dirigirse a ellos, en concreto, hace pensar que es porque tienen bajas más largas.

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