Aunque hoy en día es una afección poco común, aquellos que la padecen son fácilmente reconocibles a simple vista, ya que el efecto más evidente es que su piel se tiñe de color azul. Se trata de la argiria, una enfermedad más propia del siglo XIX, pero de la que todavía se detectan casos en el mundo, y que se produce debido a la ingestión o exposición a la plata o a compuestos que contienen plata.
En condiciones normales, el cuerpo humano tiende a almacenar una pequeña cantidad de plata de manera natural, por lo que el contenido acumulativo de plata en el cuerpo aumenta con la edad. Si a eso se añade el caso de una persona haya estado expuesta de forma prolongada a la plata o haya ingerido medicamentos que contienen plata, puede llegar a desarrollar argiria.
Tal y como explica la Biblioteca Nacional de Medicina de EE UU, el origen etimológico de la palabra deriva del término griego para plata, argyros. Actualmente no existen estadísticas sobre la incidencia de esta enfermedad en el mundo, si bien una revisión de la literatura médica publicada hasta 2018 identificó a 16 pacientes que desarrollaron argiria después de la exposición a una suspensión líquida de plata, conocida como plata coloidal, indican desde Live Science.
Esta dermatosis poco frecuente puede ser localizada o generalizada, y provoca "una tinción irreversible de la piel, las uñas y/o membranas mucosas de color gris azulado a gris negruzco, más evidente en áreas de la piel expuestas al sol", explican en la web de Orphanet, que aglutina información de referencia sobre enfermedades raras. Este cambio en el color de la piel y las uñas es el síntoma principal de la argiria, que puede hacer que aquellos pacientes que la padecen también experimenten angustia psicológica debido a su apariencia.
Las personas con mayor riesgo de desarrollar argiria son aquellas que trabajan con plata o usan plata coloidal como suplemento dietético o alternativo para tratar afecciones como la presión arterial alta y la diabetes. Sin embargo, la FDA, agencia estadounidense responsable de la regulación de los medicamentos, ya han advertido de que estos compuestos no son eficaces para tratar ninguna afección y pueden interferir con ciertos medicamentos, como los antibióticos.
Respecto al tratamiento de la argiria, esta afección cutánea es permanente e irreversible, y aunque se han intentado numerosos tratamientos potenciales, ninguno de ellos ha obtenido el éxito esperado. La Biblioteca Nacional de Medicina de EE UU cita la quelación, la dermoabrasión o la hidroquinona como algunos de los tratamientos que se han probado para erradicar esta pigmentación de la piel, "sin resultados notables", apuntan.
El caso del estadounidense Paul Karason, diagnosticado de argiria, fue uno de los más mediáticos. En el año 2008 fue entrevistado en el programa Today de la cadena NBC, donde saltó a la fama por su piel azul que contrastaba con su poblada barba, un aspecto que le valió el apodo de "Papá Pitufo".
Karason, que desconfiaba de los médicos, había comenzado a beber una solución de plata —llamada plata coloidal— 14 años atrás para tratar algunas de las afecciones crónicas que tenía, como problemas de sinusitis, artritis o reflujo ácido. Sin embargo, cuando se la aplicó en la cara para tratar un caso grave de dermatitis, sin ningún tipo de supervisión médica, su piel se volvió azul.
A pesar de su condición, ser azul nunca fue un problema para Karason. "Atraigo a pequeñas multitudes dondequiera que voy", aseguraba en el programa de la NBC.
La argiria no impidió que Karason siguiera tomando esta solución de plata coloidal hasta su muerte, en el año 2013, cuando Karason murió a los 62 años después de sufrir un ataque cardíaco.