Los alimentos empiezan a bajar de precio al fin, pero uno de cada cuatro se mantiene aún en máximos

La cesta de la compra ha sido el apartado en el que más se ha cebado la crisis inflacionaria que ha sacudido España estos últimos años. Los alimentos son la rúbrica del consumo que más se ha encarecido como consecuencia de la crisis. Sin embargo, tras un periodo en el que los precios han encadenado subidas mensuales casi sin parar, estos productos han empezado a abaratarse algo.

La caída en el precio no es muy grande, ni afecta a todos los productos, pero es el símbolo de que la situación empieza, al menos, a normalizarse. En septiembre, hacer la compra era un 1% más barato que el máximo de precios alcanzado en abril de este año. En el último trimestre (julio a octubre) el precio de los alimentos ha encadenado tres bajadas mensuales consecutivas, algo que no sucedía desde que surgió la crisis inflacionaria.

La bajada viene impulsada fundamentalmente por el aceite de oliva, que se ha abaratado un 14% en solo cinco meses. Aunque la mayoría de los productos presentan ya un precio que está por debajo del máximo alcanzado desde 2021. Más allá de los aceites, los precios de la fruta, las legumbres y las hortalizas frescas, el pescado o la pizza, también están por debajo del máximo alcanzado estos años.

En todo caso, hay que tener en cuenta que las dinámicas de los precios dentro de los alimentos pueden ser muy diferentes cuando se entra al detalle de cada producto. En general, los alimentos no elaborados tienen oscilaciones de precios bruscas por motivos estacionales. Esto se ve muy bien con la fruta o el pescado fresco, que todos los años registran picos en periodos muy determinados y después se reducen. Los alimentos elaborados suelen tener variaciones de precio más predecibles.

Pero no todos los alimentos son ahora más baratos que en su punto máximo alcanzado durante la crisis. De hecho, una de cada cuatro de las categorías de alimentos a los que el INE hace seguimiento siguen registrando precios récord. Aunque conviene puntualizar que, dentro de este grupo, el ritmo al que están aumentando los precios es ya muy moderado. Salvo excepciones llamativas como el chocolate y los derivados del cacao, donde los precios están disparados por problemas específicos con la materia prima.

En la media europea

Si se ponen los datos de España en el contexto europeo, se ve cómo la crisis ha elevado el precio de la cesta de la compra de forma muy parecida que en el conjunto de los países de la UE. Ir al supermercado es ahora un 28,6% más caro que en septiembre de 2021, frente a un 29% de media en la UE.

Los últimos datos de IPC publicados por Eurostat reflejan que en España hay quince alimentos que ahora son más baratos que hace un año. La cifra no es de las más altas del bloque europeo, pero el país destaca en otra métrica como es el número de productos donde la inflación supera todavía el 2%. En el caso de España son 18, frente a una media europea de 23.

La imagen general que reflejan los datos es de unos precios que han vuelto a estabilizarse tras años de turbulencias, con una guerra en Europa y ahora en Oriente Próximo de por medio. De hecho, es poco probable que las bajadas generalizadas en la cesta de la compra vayan a prolongarse mucho más tiempo. En productos específicos como el aceite de oliva, donde las subidas estuvieron muy relacionadas con cosechas muy malas, hay más margen para que se prolongue el abaratamiento.

Lo normal en una economía sana y en crecimiento es que los precios del consumo tiendan a subir de manera generalizada, aunque moderadamente. Salvo que se produzca una revolución que permita abaratar los costes y reducir precios por esta vía (como ha sucedido, por ejemplo, con los teléfonos móviles en las últimas décadas). De hecho, las caídas generalizadas de precios suelen reflejar situaciones de debilidad económica.

Los altos precios de los alimentos que ha dejado tras de sí la crisis inflacionaria han venido, en la mayoría de los casos, para quedarse. Los consumidores lo seguirán sufriendo porque los salarios han crecido sustancialmente menos en comparación. Lo esperable es que, a partir de ahora, los precios suban a ritmos más cercanos al 2%, que es el objetivo que se fijan la mayoría de bancos centrales del mundo.

Las previsiones de analistas como Funcas sugieren que el precio de los alimentos se moverá en estos registros en los próximos meses. En octubre es previsible que se produzca un repunte al revertirse parcialmente la bajada del IVA decretada por el Gobierno antes de las vacaciones. No obstante, hay que tener en cuenta también que los últimos datos de inflación que han ido saliendo en España han sorprendido a la baja a los analistas.

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